­Desde ayer la Policía Local de Formentera cuenta con un nuevo miembro entre sus filas. Se trata de Neta, una hembra de pastor alemán de cuatro años, raza también conocida como pastor checo. Esta perra ha sido adiestrada para la localización de drogas, la defensa y la búsqueda de personas, entre otras habilidades. El cuidador y propietario es el agente de la Policía Local, Andreu Torres, que a base de esfuerzo y dedicación ha logrado, en tres meses, que el animal adquiera una serie de destrezas que le convierten en una perra policía. De hecho es él quien ha propuesto su incorporación al cuerpo a cambio de una colaboración del Consell para su manutención, ya que Neta vive en su casa.

Primera unidad canina

El presidente del Consell, Jaume Ferrer; el jefe de la Policía Local, Joan Mayans; el sargento de la Guardia Civil, Francisco Blanco, representantes de Protección Civil así como el propietario y adiestrador de Neta, junto a varios agentes de la Policía Local, asistieron ayer a la presentación del animal.

El presidente del Consell explicó que el pasado 19 de enero firmó el decreto de Presidencia por el que quedó creada la unidad canina de la Policía Local. Destacó que la incorporación de esta perra representa «una ayuda muy importante en las tareas que pueda realizar la Policía Local o la Guardia Civil». En este sentido señaló que Neta podrá actuar en cualquier momento cuando los cuerpos de seguridad locales lo consideren oportuno: «Cuando sea necesario [Neta] estará a disposición de todos los efectivos de Policía Local y Guardia Civil en cuestiones coordinadas». Ferrer destacó que el animal ha sido especialmente adiestrado para la detección de drogas y como presencia disuasoria en determinadas situaciones, así como para la búsqueda de personas. En este sentido es muy posible que esté presente en algunos de los controles que se realizan en el puerto de la Savina.

El adiestrador, Andreu Torres, explicó que el proceso de aprendizaje se ha basado en el juego, utilizando en un principio un mordedor. Se trata de un trapo de felpa envuelto que se impregna con agua tibia y distintos aromas, según se desee especializar al animal. Al cabo de un mes y medio Neta ya estaba familiarizada con las órdenes de su amo, a las que respondía con precisión. El resto de tiempo lo dedicó a perfeccionar la técnica y a los tres meses ya estaba dispuesta para realizar su trabajo. Para asegurarse, Torres se la llevó a varios concursos especializados en Palma, Calviá y Madrid, donde Neta quedó «perfectamente bien», aseguró.