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La avalancha de ofertas puede ser el final del quiosco «de toda la vida»

Preocupación en el sector en Formentera por las familias que han explotado tradicionalmente estos negocios

Antiguo quiosco de Bartolito de es Caló d’es Mort, en Migjorn.

El representante de los titulares de autorizaciones de servicios de playa de Formentera, Bartomeu Escandell, transmitió ayer a este diario «la preocupación» del sector por lo que puede representar el resultado del concurso del Consell para adjudicar las nuevas concesiones de estos negocios y de las autorizaciones para la instalación de hamacas y sombrillas en las playas.

Escandell indicó que las familias que se han presentado al concurso y que eran titulares hasta 2021 viven «en la incertidumbre». Consideró que la avalancha de ofertas que pujan por explotar uno de los ocho quioscos a concurso, 65 en total, hace pensar «que peligra el modelo de quiosco tradicional, el de toda la vida que hemos defendido siempre».

«Peligra el modelo de quiosco tradicional, el de toda la vida que hemos defendido siempre»

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El temor que existe, según detalló Escandell, es que «en vista de todas las empresas que se han presentado vemos que nosotros lo tenemos un poco difícil. Pensamos que estamos luchando contra empresas muy fuertes y potentes y quizá nos puedan pasar por encima y perder nuestros puestos de trabajo».

Recordó que hasta ahora todos los quioscos han funcionado bajo una estructura familiar. En esta convocatoria solo seis de los ocho anteriores titulares de chiringuitos han repetido su oferta. Uno de ellos, el quiosco de S’Abeurada de Bartolo, en es Pujols, no ha repetido su oferta por la jubilación del titular. Curiosamente esta concesión es la que más ofertas tiene, con 15, algunas de ellas de empresas locales.

Otro titular que no ha vuelto a repetir oferta es el del quiosco La Franja, en Migjorn, que ahora tiene nueve ofertas.

El presidente de la asociación insistió en que si se adjudica a empresas de fuera de la isla «el sistema de chiringuito no será igual, cambiará al cien por cien, pasará de la empresa familiar a un modelo de empresa que no sabemos cómo lo van a llevar».

Escandell analizó las consecuencias en el que considera el peor de los escenarios, que se adjudicase a alguna de las decenas de empresas foráneas que se presentan: «Una consecuencia es que el quiosco de toda la vida dejará de existir y luego está lo que representa que la familia se quede sin trabajo, después de décadas de vivir de esto». Escandell señaló que la misma incertidumbre se extiende a muchos lotes de hamacas y de sombrillas. Hay determinados lotes de estos servicios que han recibido 16 ofertas.

Ahora, la mesa de contratación puntuará el sobre número dos de las 111 ofertas admitidas al concurso antes de abrir el tercero, que es la oferta económica. Escandell estima que el concurso podría estar resuelto en la segunda quincena de febrero.

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