Los turistas y residentes que acudieron pasadas las seis de la tarde de ayer miércoles al Parque Natural de ses Salines, en Formentera, para disfrutar de las playas de ses Illetes o Llevant, se encontraron con un operativo de control de acceso de la Guardia Civil y Policía local que no permitía entrar ni a vehículos a motor ni a peatones. Desde el Consell de Formentera se había anunciado, y confirmado apenas media hora antes, que este dispositivo extraordinario destinado a impedir la celebración de fiestas y botellones en la playa comenzaría hoy jueves, pero en algún momento y sin previo aviso, se decidió que comenzara ayer mismo.
Con un decreto de Presidencial firmado en la mañana del miércoles, la máxima institución insular puso en marcha este operativo para poner freno a las cada vez más numerosas concentraciones de personas que se producían en algunos puntos del litoral del Parque Natural al caer la tarde, un hecho que no solo suponía un elevado riesgo para la salud pública al no respetarse ninguna medida de prevención contra los contagios por el covid, sino que también representaba un grave perjuicio para el frágil entorno natural de la zona.
Esta nueva norma supone que, a partir de las 18 horas, nadie podrá acceder a las playas del Parque Natural ni a bordo de un vehículo ni a pie, con la excepción de los clientes de cualquiera de los establecimientos del área restringida que hayan efectuado una reserva previa y aquellas personas que acudan a la zona para realizar alguna actividad deportiva.
Para hacer cumplir este decreto, se han movilizado miembros de la Guardia Civil y de la Policía local de Formentera, que contarán con el apoyo del personal encargado del acceso regular al Parque Natural, así como agentes de Movilidad del propio Consell.
