Los bañistas de la playa de ses Canyes, en Formentera, descubrieron ayer por la tarde el cadáver de una tortuga boba que el mar había arrastrado hasta la orilla. Además de lo poco usual del descubrimiento, el estado del cadáver impresionó vivamente a los testigos, ya que los peces carroñeros habían devorado completamente el rostro del animal hasta dejar la calavera al descubierto.