El crecimiento de posidonia cerca del emisario de Formentera es un 24% menos que al resto de las praderas analizadas, esta es una de las principales conclusiones del proyecto ‘Antroposi. Entre emissaris i embarcacions: com afecten les activitats humanes directes a les praderies de posidònia en l’Antropocè’, elaborado por el Imedea, que fue uno de los ganadores de la primera convocatoria del Save Posidonia Project 2017, impulsada por el Consell de formentera y dotado con un presupuesto de 83.821,54 €.

El proyecto, que fue presentado este miércoles por vía telemática, destaca también que la concentración de nutrientes inorgánicos en el agua que sale del emisario es alta, así, la posidonia oceánica que crece cerca del emisario «incorpora en sus tejidos nitrógeno que descarga el emisario; y se puede concluir que el emisario es una fuente de material particular», según el estudio, que presentó la investigadora principal del mismo, Iris Hendricks.

Por otro lado, determina que no hay efecto de turbidez, puesto que la cantidad de luz disponible para la fotosíntesis de plantas es similar en las zonas próximas al emisario y el resto. En cuanto a la afección del paso de grandes embarcaciones (ferris), se ha determinado que este tráfico aumenta la turbulencia y la sedimentación en las praderas adyacentes a es Freus.

Trabajo en las praderas de posidonia

La presidenta del Consell y consellera de Turismo, Alejandra Ferrer, agradeció el trabajo desarrollado por el Imedea y recordó que Save Posidonia Project nació en 2017 «con el objetivo de unir al sector empresarial y a la ciudadanía en la lucha por la protección de nuestro entorno a través de la promoción turística». «En Formentera era necesario hacer concienciación tanto entre los residentes como los turistas para trasladar la importancia de la protección de la posidonia y de nuestro entorno». «Tenemos que hacer un esfuerzo muy grande de coordinación entre todas las administraciones competentes para proteger nuestro entorno, nuestra calidad de vida y, al fin, nuestra economía», señaló Ferrer.

El estudio se llevó a cabo durante más de un año sobre diferentes parcelas de posidonia en aguas de Formentera con el objetivo avanzar en el conocimiento de cómo afectan las actividades humanas más directas, como son los emisarios y las embarcaciones que fondean y navegan por la zona, sobre la posidonia oceánica.

Para la próxima convocatoria del Save Posidonia Project hay una partida presupuestaria de 112.000 euros, que se encuentra en la última fase de adjudicación administrativa. Se presentaron 11 proyectos y el ganador, que se encuentra pendiente de adjudicación, es ‘ImPeFora, los Impactos de contaminantes emergentes en la posidonia de Formentera’. «Desde el comienzo del SPP ya hay apadrinados 252.000 metros cuadrados de posidonia, con mucha pradera que puede ser apadrinada, ya que tenemos en nuestra costa 76,5 millones de m² de esta planta», señaló el conseller de Medio Ambiente, Antonio J. Sanz.

«Este momento es una oportunidad, ya que todos hemos podido ver como se recuperaba nuestro entorno en el momento en que durante el confinamiento no había acción del hombre sobre la naturaleza. Tenemos que coger los problemas por la raíz y dejar de tratar solo las consecuencias. Estudios como este nos ayudarán a poder dar pasos firmes adelante», concluyó la presidenta.