La incertidumbre sobre cómo iba a desarrollarse la temporada llevó a la Asociación de Taxis de Formentera a renunciar a principios del verano a las 16 licencias temporales con las que pensaban contar este año para cubrir los meses de mayor demanda. Ahora, y a pesar de que la temporada arrancó lentamente, los 25 vehículos fijos con los que cuenta la isla apenas llegan a cubrir la demanda, según el presidente de la asociación, José Antonio Ferrer.

El problema vendría desde varios frentes: las pesimistas predicciones de hoteleros y empresarios; el limitado servicio del transporte en autobús regular y los problemas en las carreteras y caminos de la isla.

Tras comenzar el proceso de desescalada, este colectivo del transporte público llevó a cabo un sondeo sobre las previsiones de ocupación con la Petita i Mitjana Empresa de Formentera (Pimef), los representantes de los hoteleros de la isla y la Cámara de Comercio. Tras las pesimistas cifras ofrecidas por estas entidades, la Asociación del Taxi de Formentera decidió que no necesitaban refuerzos, rechazando las 16 licencias estacionales que iban a salir a concurso este año. «Incluso algún asociado barajó la posibilidad de no contratar conductores para el turno de noche porque no creían que fuera a resultar rentable», recuerda Ferrer.

Las previsiones más negativas se cumplieron hasta el 14 de agosto, cuando la demanda se incrementó de golpe, «sin llegar a cifras de otros años, por supuesto, pero apenas llegamos a todo en momentos puntuales», apunta el portavoz de los taxistas.

Estos momentos coinciden con la salida y llegada de los barcos del puerto de la Savina y con el horario de cierre de los locales de ocio.

«Llevamos a muchos usuarios al puerto para coger la primera barca, a las seis de la mañana, porque tienen que ir al aeropuerto de Ibiza para salir de las islas», desarrolla Ferrer. Este servicio lo prestaba la empresa de autobuses de línea regular de la isla, «pero este año no es que no haya reforzado las líneas, es que ni siquiera está cumpliendo con los servicios mínimos a los que se comprometió», se lamenta el portavoz.

Retenciones

Retenciones

En el puerto se topan con otro inconveniente: la reforma del área portuaria que, en palabras de José Antonio Ferrer, «provoca unos atascos y retenciones de tráfico continuos y ralentiza nuestros servicios». Igual ocurre al atravesar la localidad de Sant Ferran, donde «las colas son terribles en hora punta», asegura el presidente de los taxistas. Tampoco ayuda a la fluidez del servicio el mal estado de los caminos de la isla, especialmente los más transitados, donde no se realizan los trabajos de mantenimiento que serían necesarios, a juicio de Ferrer.

Sobre el futuro de la temporada, el representante del gremio en Formentera asegura «no tener ni idea». «Estamos perdidos, vamos adaptándonos según salen las noticias, pero cada día es un baile y no sabemos a qué atenernos», concluye José Antonio Ferrer.