Fue a principios del mes de octubre de 2016 cuando saltaron las alarmas: un laboratorio había detectado un positivo de Xylella fastidiosa en un cerezo de un vivero situado en Porto Cristo, en Mallorca. Desde entonces, los casos de ejemplares afectados por esta bacteria con gran poder destructivo no han dejado de crecer, pero los esfuerzos por controlar esta plaga, tampoco. Así, desde principios de junio, trabajadores de la empresa pública Tragsa realizan trabajos de control y contención de la expansión de la Xylella en Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, dentro de un programa financiado por la conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación del Govern balear.

Estos trabajos se van a desarrollar hasta finales de 2022 y tienen una dotación económica de 1.362.716,66 euros, de los cuales una partida de 86.408 euros se destina a Formentera, para financiar labores de «supervisión, prospección de campos, toma de muestras y destrucción» si se produjera un primer positivo en la pitiusa menor, según concretan desde la conselleria balear de Agricultura.

Estos controles preventivos se hacen varias veces a la semana en la isla y se toman muestras vegetales que se envían a laboratorios especializados para su análisis.

Controles

Controles

Hasta el momento, Formentera sigue libre de Xylella fastidiosa, una bacteria que está descrita en más de 595 especies de vegetales y es responsable de varias enfermedades con efectos graves.

Para mantener esta situación, desde la conselleria insular de Sector Primario se siguen efectuando controles a los vegetales procedentes de fuera de la isla, sobre todo si se trata de olivos o alguna de las numerosas especies propensas a hospedar esta bacteria.

«La prohibición de importar material vegetal susceptible de contagiarse con la bacteria sigue vigente, incluso se ha ampliado el listado de especies que no se pueden introducir en la isla», advierten desde la conselleria.