Formentera sigue dando muestras de debilidad económica y social derivada de la crisis sanitaria del Covid-19, que ha obligado a aumentar sustancialmente los recursos que salen de la caja común, el presupuesto del Consell Insular, hacia las familias más desfavorecidas.

En lo que va de año y hasta ayer el dinero destinado a cubrir las necesidades de alimentación de la población sin recursos se sitúa ya en 143.401€, mientras que en todo el 2019 se distribuyeron vales de comida por valor de 8.000 €.

Los datos, facilitados por el conseller de Bienestar Social, Rafa Ramírez, dejan claro que desde el pasado mes de abril este tipo de ayudas para comida aumentaron de forma exponencial con la distribución de 639 vales de alimentación, respecto a los 87 que se dispensaron en el mes de marzo de este mismo año.

El pasado mes de mayo el Consell cubrió las necesidades de 892 ciudadanos y en junio esa cifra se disparó hasta los 1.227, un pico jamás alcanzado en cuanto a la cobertura de necesidades básicas como la alimentación de las familias, muchas con hijos.

Con estos datos, la teoría de que determinados sectores de población se aprovechan del dinero público para vivir sin hacer nada se desmorona. A nadie le gusta pedir y una prueba es que, a medida en que la actividad económica (por el turismo), desciende el número de personas que acude a los servicios sociales para solicitar este tipo de ayudas.

En julio cambia la tendencia

El conseller del área, Rafa Ramírez, manifestó: «Es representativo que en junio atendíamos a 488 núcleos familiares y a día de hoy a 217, es decir menos de la mitad». Es más, la expectativa es que esa cifra vaya disminuyendo a lo largo de este mes de julio y también en agosto. Aunque la previsión de Bienestar Social es que vuelva a subir la demanda en septiembre y octubre. Por ello la institución insular se prepara para hacer frente a una nueva oleada de solicitudes de personas sin recursos.

El motivo del descenso, comprobado en la primera semana de este mes, con 17.115 ? en vales de comida, es que cada vez hay menos personas que recurren a estos servicios.

Esto no implica, detalló el conseller de Bienestar Social, que este departamento se relaje, todo lo contrario, asegura, ya que calcula que habrá un repunte de la demanda de vales de comida cuando acabe la temporada turística, «a partir de septiembre y octubre».

Aunque esta tendencia va a la baja, ya que en estos primeros días de julio hay 217 familias (469 personas) que siguen recibiendo ayuda y la previsión es que cuando acabe este mes sean unas 150 familias (342 personas), «teniendo en cuenta que la gente se incorpora al mercado laboral», señaló el conseller, todo indica que el otoño será complicado. «Si no pasa nada y no hay rebrotes, calculamos que las ayudas bajarán en función de que la gente se incorpore al mercado laboral, en cambio en septiembre y octubre no sabemos si bajará la demanda», indicó Ramírez.

El dato demoledor es que en junio de 2019 el Consell destinó 442? a ayudas, frente a los 53.417 ? del pasado mes.

Rafa Ramírez, manifestó: «Entendemos que si esto [el coronavirus] sigue en la normalidad estas ayudas irán bajando, pero en septiembre y octubre subirán y más en noviembre porque la gente no tendrá recursos pero estará el ingreso mínimo vital, que ya no depende de nosotros».