Bartomeu Escandell es contundente en sus respuestas. Como economista ofrece datos y como político enfatiza su discurso en que la sociedad de Formentera debe y puede responder a la crisis económica derivada del coronavirus. Apuesta claramente por que la administración intervenga para redistribuir riqueza, sin bajar impuestos, entre los sectores más vulnerables. Recuerda que casi mil personas reciben hoy ayuda del Consell de Formentera para comer.

¿En qué va a consistir la remodelación del presupuesto de este año que está preparando el Consell de Formentera

Las necesidades que teníamos en noviembre de 2019 nada tienen que ver con las que tenemos ahora. Lo que estamos intentado hacer es disponer de los remanentes disponibles en 2019 que superarían el millón y medio de euros. El objetivo es redirigir fondos para ayudar a pasar los efectos negativos de la crisis tanto a familias como a autónomos y empresas.

¿Pero no dijeron que el superávit de 2019 era de un millón?

Sí , pero hay que explicar que el Consell de Formentera se encuentra en una situación de deuda cero y ha acumulado superávit. Ahora, el Gobierno ha liberado un 20% de ese remanente y nosotros que estamos cerrando el ejercicio de 2019, calculamos que el superávit, si bien hace un par de semanas dijimos que era de un millón de euros, con todos los ajustes contables que estamos haciendo (pendientes de cerrar) estamos sobre el millón y medio, por lo que en vez de destinar 200.000 euros a las ayudas podremos dedicar unos 300.000 euros. Luego está la partida de los presupuestos participativos, 350.000 euros, que también se destinan a fines sociales. Por lo que ahora dispondríamos de unos 600.000 euros para luchar contra los efectos sociales y económicos de la pandemia.

¿Cómo se distribuye ese dinero?

Ya se ha publicado el trabajo que hace Bienestar Social y que estamos ayudando con vales de comida a 955 personas que son más de 400 familias. Hemos enfocado todo a los servicios sociales y hemos multiplicado por diez la ayuda a Formenterers Solidaris y junto al Govern balear, que pone 190.000 euros, hemos puesto 250.000 euros en la campaña lanzada estos días de ayuda a autónomos y pequeñas empresas afectados por el parón del cese de su actividad por el estado de alarma, en total 440.000 euros.

¿Cómo se van a repartir esas ayudas?

Hay tres tramos para autónomos y empresas que se hayan visto afectados con el cese de su actividad por el Covid-19. Las ayudas son directas y a fondo perdido y para el primer tramo son 2.000 euros para un autónomo sin empleados. Luego están los que tienen hasta dos empleados que recibirán 2.500 euros y 3.000 euros para aquellos que tengan más de dos trabajadores. En Formentera tenemos unos 1.100 autónomos de todo el año de los que solo se podrán acoger aquellos que se hayan visto afectados por la pandemia. Pero también están los autónomos que vienen a echar la temporada, una ayuda bastante sencilla de tramitar de forma telemática.

¿Se verán afectadas las inversiones previstas para este año?

Tenemos previsto la segunda fase de remodelación de la avenida Miramar, en es Pujols y el 'skate-park'. Debemos intentar reactivar sectores que puedan dar trabajo, por lo que estamos analizando las inversiones previstas, cuáles se van a realizar y cuáles no. Y también estamos mirando la realización de pequeñas actuaciones para contratar empresas y trabajadores de la isla. Hay algunas que quizá no se hagan y se destine a obras que puedan asumir empresas locales. Es verdad que está temporada por mucho que nos esforcemos no se prevé buena.

Pero Formentera se presenta como un destino seguro.

Sí, ese es un aspecto importante. Hace años hablábamos de la seguridad ciudadana y ahora hablamos de la seguridad sanitaria y pienso que Formentera está en puestos de cabeza por su configuración y pocas aglomeraciones como un destino seguro. Creo que por ahí podemos tener una ventaja competitiva con otros destinos competidores.

¿Y cómo prevé este invierno teniendo en cuenta la fuerte estacionalidad de la economía insular?

Nos preocupa mucho el invierno. Los datos que tenemos de los vales de alimentación con los que ayudamos a casi mil personas nos demuestra que tenemos una economía desigual y revela situaciones que en una isla como Formentera quizá no deberían darse. Esto nos hace reflexionar sobre nuestra economía, que no debe ser solo sostenible desde el punto de vista medioambiental sino también en lo social para garantizar que la gente tenga unas condiciones dignas para vivir. Lo que estamos viendo es que tenemos una economía desigual.

¿Cuál es el objetivo que se plantea el Consell en este sentido?

El objetivo del Consell tiene que ser ayudar a la gente y estamos preparados para hacerlo en todos los frentes que se nos abran.

¿Tiene recursos suficientes el Consell para afrontar la situación de este invierno?

El invierno será muy duro y lo que intenta ahora el consell es hacer eficientes sus recursos. Es el momento de demostrar que lo público es necesario. Muchas veces dejamos todo en manos del mercado y decimos que el mercado lo regula todo, pero cuando hay una crisis no se habla tanto de mercado sino del sector público, que ahora tiene que ayudar a la sociedad a reactivar la economía. La crisis de 2008 fue muy fuerte y Formentera pasó de puntillas. Pero ahora el problema no es turístico, es de movilidad. De cara al invierno tenemos que tener los recursos necesarios y administrarlos pensando que tienen que ir destinados a la gente que lo necesita.

¿El Consell tiene 300 trabajadores, tiene previsto recortar el capítulo de personal?

No, el objetivo es volver a la normalidad. El Consell es una administración de servicio y por eso, dentro del presupuesto, un 40% se destina al capítulo 1 de personal. El equipo de gobierno piensa que salir de la crisis tiene que ser ayudando a la gente y para eso necesitamos a todo el personal disponible. Es cierto que de cara al verano tendremos que dimensionar los servicios a la realidad de esta temporada, pero la institución necesita del personal estructural para estar al lado de la gente.

¿En cuanto a impuestos, piensa tocar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) o la tasa de basuras?

Hemos aplicado distintas medidas económicas y fiscales a autónomos, personas físicas y familias. El 31 de marzo decretamos la paralización del sistema de recaudación del Consell, el 15 de mayo bonificamos ciertas ordenanzas de ocupación de vía pública y se da margen para pagar el tema de los alojamientos turísticos. Respecto al IBI y la basura es un impuesto y una tasa que se rige por la ley estatal que no permite cambiar el impuesto en el año en curso, por lo que el IBI y la tasa de basura no se puede tocar. Con la basura hemos encontrado un hueco, cuando el local cierre se podrá prorratear esos meses.

El conseller de Hacienda sostiene que en estos momentos de crisis, la institución tiene que coger las riendas para impulsar la economía local pero a la vez ayudar a las personas más vulnerables.

¿Usted plantea que el Consell tome las riendas de la situación económica, pero piensa que realmente podrá?

Ahora lo que no podemos hacer es despojar de los recursos necesarios a las administraciones públicas, porque estaríamos conculcando su obligación de ayudar al que más lo necesita.

¿Es un principio de solidaridad?

Justamente muchas veces apelamos a la solidaridad pero se habla de ella con palabras muy ambiguas. La solidaridad es que la población que tenga capacidad de seguir asumiendo sus obligaciones tributarias lo siga haciendo para que el organismo público pueda redistribuirlas a aquellos segmentos más desfavorecidos o a colectivos más vulnerables. En cambio, la oposición propone coger todos los impuestos y rebajarlos o no cobrarlos. Allí nos encontramos con la paradoja de que si no tenemos recursos cómo los vamos a destinar a la gente que lo necesita. Pensamos que la función de lo público es redistribuir la riqueza. Ahora lo que se necesita es que aquellos que pueden funcionar y salen adelante tienen que ayudar a los que se quedan atrás, de ahí la importancia en estos tiempos de lo público para que pueda redistribuir riqueza.