La presidenta del Consell de Formentera, Alejandra Ferrer, ha pedido a las administraciones un control exhaustivo de las personas que llegan a la isla a través del único punto de entrada, el puerto de la Savina, para controlar la entrada de personas afectadas por el coronavirus. Ferrer quiere además que el Govern restrinja la frencuencia de las barcas en el trayecto con Ibiza pero "garantizando al 100% los servicios mínimos y sobre todo la llegada de mercancías" y el traslado a Ibiza de quienes "estén enfermos o tengan que salir [de la isla] por temas importantes".

La idea del Consell es controlar quién entra en Fomentera, especialmente a todo a aquellos que vienen de zonas con alta incidencia del coronavirus, para ofrecer un listado a las administraciones, sobre todo sanitarias, para que puedan controlarles. A estas personas se les recomendará nada más desembarcar en la isla que lleven a cabo un "aislamiento voluntario" de al menos 14 días. Las administraciones, alertadas de su presencia en la isla, podrán comprobar si cumplen las medidas de control recomendadas, apunta la presidenta en una entrevista en Radio Illa.

En esta entrevista en Radio Illa, Ferrer insiste en el "aislamiento voluntario" de quien entre en la isla "para proteger a los de su entorno, sobre todo si son personas mayores o vulnerables". "Todo va muy rápido y entiendo que puede ser difícil entender las medidas", reconoce la presidenta, pero apunta para justificar las actuaciones del Consell que preside: "Se están creando todos los protocolos necesarios pero es cierto que estamos viendo lo que pasa en otras poblaciones donde no se han tomado las medidas a tiempo. Y aunque a día de hoy no tenemos ningún contagiado, hemos de seguir así o con el mínimo de personas contagiadas para garantizar la salud de todos y también la salud económica" de la isla.

En cuanto al sector de la restauración de la isla, ha declarado: "Si los negocios públicos [bares, restaurantes...] no pueden cumplir las medidas mínimas de higiene y distancia [entre los clientes], que cierren las próximas dos semanas. Menos los lugares necesarios como supermercados y farmacias". "Nosotros no podemos ordenar el cierre -agrega Ferrer-, pero si no pueden garantizar las medidas de seguridad (...), pues deben cerrar".