El conseller balear de Movilidad, Marc Pons, garantizó al Consell de Formentera una «rápida solución» a las conexiones marítimas con Ibiza, de primera y última hora, según informó la institución insular ayer en un comunicado.

La presidenta del Consell, Alejandra Ferrer, y el conseller de Movilidad, Rafa González, se reunieron en Palma con Marc Pons y con el director general de Transporte Marítimo, Xavier Ramistal.

En esta reunión de trabajo, previa a la Mesa de Transporte Marítimo de las islas que tendrá lugar el próximo 25 de noviembre, Ferrer expuso los tres temas «capitales» para Formentera, entre los que destacó como «más urgente» y que es «imprescindible» tener una conexión marítima con Ibiza a primera y última hora del día.

Los responsables del Consell y del Govern ya trabajan en diferentes propuestas que se plantearán en la Mesa de Transporte Marítimo y «que tienen que dar una solución inminente» a esta falta de frecuencias entre las Pitiusas.

El conseller, Marc Pons, garantizó a la presidenta «la rápida solución, en la que ya se está trabajando» y también la «implicación» con el resto de cuestiones planteadas por Ferrer. Desde el Consell de Formentera explicaron que en la reunión también se trató el tema de las excursiones marítimas de un solo día que vienen desde distintos puntos de la costa de Ibiza. Según Ferrer, es necesaria una regulación porque «la llegada descontrolada de este tipo de embarcaciones produce saturación» tanto en el puerto de la Savina, como en las carreteras y playas del Parque Natural de ses Salines.

Por último, también abordaron el tema de las frecuencias marítimas entre las Pitiusas, que en verano llegan a sumar 170 salidas diarias, con 45.000 plazas ofertadas, «de las cuales solo se ocupan el 30%, y todo esto se realiza en pleno Parque Natural», según subrayó la presidenta.

Con esos datos, Ferrer pidió al conseller soluciones para que este servicio sea «medioambientalmente sostenible, siguiendo la línea de la declaración de emergencia climática» con la aprobación de medidas para que Formentera sea «una isla sostenible».

El conseller balear y la presidenta acordaron mantener reuniones periódicas para encontrar un sistema «más sostenible» y que sea compatible con las demandas del Comisión Nacional de la Competencia (CNCM).

Justamente este organismo es el que más inconvenientes plantea a la hora de que la Administración intervenga en el libre mercado y ha advertido del respeto a las normas que lo rigen.