Formentera despidió ayer al que durante 25 años fue su juez de paz, Antoni Tur Ferrer, Toni 'Xica', fallecido el pasado viernes a los 98 años de edad. La ceremonia se celebró en la Iglesia de Sant Francesc Xavier y estuvo oficiada por el párroco Miquel Àngel Riera con la colaboración de Enrique Torres Riera. Después del tañido de las campanas, hacia las 13 horas de la tarde, se inició la misa. El féretro fue transportado por los nietos del difunto hasta el altar y tras unas palabras de Miquel Àngel Riera dio comienzo la ceremonia en una iglesia repleta de gente.

Entre los asistentes estaban, aparte de sus familiares y allegados, Josep Marí Mayans, conseller de Infraestructuras, Sector Primario e Interior, y multitud de familias formenterenses que quisieron darle un último adiós. El oficio fue una celebración sobria y emotiva en la que las lecturas de pasajes bíblicos quedaron a cargo de una nuera y un yerno del difunto.

La moral del 'home bo'

En las palabras en memoria de Toni Xica, Miquel Àngel Riera quiso destacar que era un hombre «profundamente religioso, de una gran delicadeza espiritual que pocas veces» había visto antes.

El párroco también quiso compartir con los asistentes a la ceremonia su cercanía a través de una anécdota: «Siéntese aquí y tome un café conmigo», explicó que le decía cuando se lo cruzaba por el pueblo. Según lo recuerdan todos los que lo conocieron, Toni Xica quería estar en unión, no solo con su familia, sino también con el pueblo de Formentera. Una isla para la que trabajó sin cesar desde la sencillez y la empatía.

Asimismo, Riera también confesó que aprendió mucho del buen talante de Toni Xica, al que varios asistentes recodaron como un hombre de seny y de costumbres.

Por último, Miquel Àngel Riera quiso recordar que, entre otros premios, Antoni Tur Ferrer recibió la Cruz Pro Ecclesia et Pontífice que reciben aquellos que «trabajan para la iglesia y para Dios».

El párroco también trasladó a la familia las condolencias llegadas desde Eivissa por parte de Joan Marí Torres, director de Cáritas Diocesana, de Vicente Juan Segura, obispo de Eivissa y Formentera, y de otros curas que no pudieron asistir a la ceremonia.

La presidenta Francina Armengol y los consellers del Govern se sumaron a los mensajes de duelo por la muerte de Antoni Tur a través de un comunicado en el que recordaron que fue «galardonado con la Medalla de Oro de la Comunitat en reconocimiento a su admirable implicación en la sociedad civil formenterense, sobre la que proyectó su espíritu cordial y accessible y a la que dedicó toda una vida». El Ejecutivo autónomo destacó sus años en el Juzgado de Paz, «donde dejó su impronta de hombre amable, conciliador y moderado, que facilitó la convivencia y el buen entendimiento entre sus conciudadanos».

La misa concluyó con una plegaria «para Toni Xica, para la iglesia y para el mundo». Tras las ofrendas florales al féretro, el cortejo fúnebre se dirigió hasta el cementerio de Sant Francesc, donde descansarán los restos de este home bo.