La conselleria balear de Agricultura del Govern balear, de quién depende la balsa de riego de Formentera, avanzó ayer a este diario que dentro de dos semanas estarán en disposición de ofrecer 150 metros cúbicos de agua apta para el riego a la Comunidad de Regantes. Desde el pasado 11 de julio los regantes de Formentera no pueden utilizar el agua que les llega a las bocas de riego de sus campos por su elevada salinidad y por estar mal depurada, es decir con restos fecales. Esta instalación se inauguró a finales de 2018, tras más de cinco años finalizada.

Una portavoz de la conselleria de Agricultura señaló que este asunto «es una prioridad» para el departamento, cuya titular es la consellera Mae de la Concha.

Las mismas fuentes aseguraron que esta misma mañana técnicos de la empresa encargada del mantenimiento de la planta de regeneración (Tragsa) se desplazarán a la isla para realizar un informe y aportar soluciones al problema que impide a los regantes usar el agua. La conselleria tiene previsto realizar actuaciones, cuyo coste está aún por determinar, para revertir la situación y que el agua apta para el riego pueda llegar a los hidrantes dentro de quince días, aunque limitada a 150 metros cúbicos diarios.

El Consell de Formentera avanzó ayer que, a través de las áreas de Medio Ambiente y de Agricultura, se han puesto en contacto con los responsables del Govern, desde que recibieron las primeras quejas de los usuarios, para que las deficiencias detectadas sean subsanadas cuanto antes.

Nuevos análisis

Nuevos análisis

Además, la pasada semana se hicieron unos nuevos análisis del agua «para poder elaborar un informe con datos actualizados, que se trasladará de forma inminente a la conselleria de Medio Ambiente y de Agricultura del Govern».

El Consell también lamenta que esta infraestructura «tan demandada esté en esta situación y trabaja activamente con todas las administraciones para que se vuelva a poner en funcionamiento lo antes posible».

Agua con parámetros fecales y mucha salinidad, ese es el resumen que hace la Comunidad de Regantes, que ayer mismo emitió una nota de prensa en la que reitera su «preocupación» por la situación por la que atraviesa esta instalación. Apuntan, en la nota, a «la mala gestión de dichas instalaciones de regeneración de aguas de riego por parte de las autoridades del Govern, que no previó llenar la balsa de riego en temporada baja, cuando el agua que llegaba de la depuradora tenía la calidad óptima para ser tratada por la planta de regeneración». Al mismo tiempo echan en falta «la comunicación y la transparencia» tantas veces reclamadas desde este colectivo para poder informar con la debida antelación a sus comuneros de las averías y contratiempos que van surgiendo.

La Comunidad de Regantes considera necesaria la firma de un documento, por todas las partes implicadas, que determine y clarifique los protocolos de actuación en casos como éste y que fije el control periódico de la calidad del agua mediante analíticas.