«Siempre nos han dado excusas y prórrogas con el colegio. Dos veces nos han presentado el proyecto. El Govern y el Consell se han tirado la pelota de uno al otro durante diez años. Ahora dicen que las obras empezarán en Pascua, pero ya no nos creemos nada», indica Laia Melo, portavoz de la asociación de padres y madres de alumnos del colegio San Ferran, una vez acabada la manifestación.

Unas 200 personas, tanto adultos como niños, recorrieron ayer las calles de la localidad para exigir que el centro de Infantil y Primaria que llevan una década reclamando no se demore más.

Todos ellos desfilaron al son de una batukada y tras una gigantesca y colorida pancarta en la que se podía leer « Volem l'escola ara». Algunos de los alumnos se habían pintado la cara y varios de los manifestantes portaban carteles con mensajes: « Què passa amb les obres?» o « Les raons ens sobren, l'espai ens falta». En esta última, la comunidad educativa del centro detallaba que en estos momentos los 338 alumnos del colegio únicamente tienen tres baños, comparten 60 metros de gimnasio y se han quedado sin biblioteca. Además, recordaban que ahora hay 128 escolares en barracones, que éstos llevan «cinco años» instalados en el centro, donde curso tras curso han ido restando espacio de patio de manera que quedan apenas 2,52 metros de zona de juegos para cada uno de los alumnos de Infantil.

La portavoz de la asociación de familias destacó que a la manifestación, que salió y acabó en el colegio, habían asistido representantes de las comunidades educativas de los otros colegios de la isla, como Mestre Lluís Andreu o La Mola. «Hace diez años se anunció la construcción de una nueva escuela para Sant Ferran. Aún es la hora de que veamos una sola piedra de esta escuela», señaló en el manifiesto, que leyó Melo al regresar al centro.

«Durante este tiempo se han sucedido declaraciones grandilocuentes, actos institucionales, solemnes presentaciones de anteproyectos (siempre ante las oportunas cámaras) para después asistir, incrédulos, al paso de los años sin que se cumpliera ninguno de los plazos concretados para el inicio de la construcción del colegio» continuó. «Estamos hartos de aulas prefabricadas. Estamos cansados de tener que ir al lavabo con paraguas los días de lluvia», insistió antes de apelar a los políticos: «Escuchadnos bien: la escuela no es un capricho, es un derecho fundamental y una urgencia. ¡Metéoslo en la cabeza de una vez!». «Paciencia hemos tenido mucha y se nos está acabando. Queremos ver que la escuela de Sant Ferran es una prioridad para vosotros. Y lo queremos ver con hechos. Recordad, estaremos vigilando», concluyó.

Antes de leer el manifiesto, la protesta se detuvo unos minutos en el solar en el que está previsto que se construya el nuevo colegio. En él habían colocado una pizarra, un par de pupitres y unas sillas y en las que algunos de los alumnos se sentaron.