Acabar con la costumbre de crear estructuras de piedra en enclaves naturales, actividad que se ha extendido en los últimos años, es el objetivo de la campaña que ha iniciado el GEN-GOB en colaboración con el Govern y la conselleria de Medio Ambiente de Formentera para retirar estas figuras en piedra en el istmo de es Trucadors, una amenaza para la estabilidad de este frágil espacio protegido. Aunque la jornada estaba convocada para mañana, los organizadores, en previsión del mal tiempo anunciado, han aplazado la iniciativa al sábado 17 de noviembre.

Además del grupo ecologista, esta actividad la desarrolla el voluntariado de la Fundación para la Biodiversidad de Ibiza y Formentera, así como 'Formentera sense plàstics', que también se ha movilizado para lograr la máxima participación de personas.

El portavoz del GEN-GOB, Marià Marí, explicó durante la presentación de esta iniciativa que el objetivo es retirar todos los montones de piedras, «ya que la situación es alarmante» dada su gran profusión. La lengua de arena con la que el perfil de Forment señala el norte es especialmente frágil y está sometida a factores de erosión. En una zona de estas características las piedras esparcidas de forma natural realizan una labor de fijación, además de ser el hábitat para pequeñas plantas, invertebrados y lagartijas. Marí destacó: «Entre todos debemos transmitir el mensaje de que no queremos que nos transformen el paisaje, que es espectacular como está, en su ambiente natural».

El técnico de la conselleria balear de Medio Ambiente, Vicent Fortesa, explicó que apilar piedras puede parecer a muchas personas una actividad que no hace daño a nadie, por el desconocimiento que se tiene de sus efectos, pero dejó bien claro que «las consecuencias desde el punto de vista biológico y ambiental son bastante elevadas». Más aún en una zona como es Trucadors, por ser un espacio especialmente sensible: «Esa sucesión de montones de piedras se ha extendido como una mancha de aceite».