El Consell de Formentera acumula 250.000 euros en multas cobradas por alquiler ilegal de viviendas turísticas en los últimos dos años, según explicó ayer la consellera de Turismo, Alejandra Ferrer.

Desde el 2016, Formentera ha reforzado la persecución de los establecimientos que se arriendan de forma irregular durante los meses de verano, pero todavía le falta regular las licencias para evitar que 12.000 personas se cuelen en los picos de ocupación en establecimientos que no tienen licencia turística.

Ferrer prevé tener «en breve» la aprobación inicial de un proyecto que otorgue permisos para 5.000 plazas nuevas y sacarse de encima las 7.000 restantes con el objetivo de rebajar la presión turística sobre la isla durante julio y agosto y poner más vivienda a disposición de los residentes. El proyecto también prevé prohibir la vivienda turística en los principales núcleos urbanos de la isla: Sant Francesc, Sant Ferran y La Mola. En total, la isla contaría con 20.000 plazas turísticas.

El plazo de solicitud

El plazo de solicitud

El pasado 1 de agosto, Ferrer envió una carta a los interesados en obtener licencias turísticas para avisarlos de que el techo de plazas todavía no ha sido aprobado. El 31 de julio terminaba la moratoria de dos años de la regulación balear y, supuestamente, volvía a abrirse el plazo de solicitudes, pero como Formentera no tiene bolsa de plazas, tiene que empezar un proceso que incluye la modificación de la normativa urbanística. Todo podría tomar unos meses, «esperemos que (sea) a principios de año.

«En la isla somos 42.000 personas al día en los meses de verano, de los cuales 13.000 son residentes, 12.000 son turistas que se alojan en establecimientos legales y otros 12.000 podemos decir que no sabemos dónde duermen. Son estas 12.000 plazas las que vamos a regular», afirmó la Consellera.

Las consecuencias

Las consecuencias

«Todas las modificaciones que quieras hacer del modelo turístico tienen que ser lentas porque si no, puede tener consecuencias muy graves sobre economía de la isla. Y Formentera no tiene industria», afirma.

Desde hace dos años, el equipo para perseguir la vivienda turística ilegal está formado por cuatro celadores y una inspectora que durante el invierno rastrean las redes sociales y en verano hacen inspecciones.

«Muchas apartamentos residenciales se han convertido en turísticos porque era muy goloso, porque no teníamos una normativa que nos impidiera ir contra estas prácticas», abunda. Y continúa: «Hasta ahora se ha tratado sobre todo de abrir expedientes, multas y que la gente vaya aprendiendo porque en pleno verano tampoco podemos llegar y sacar a los turistas».