Hace unas semanas, los defensores de la posidonia lograron un avance que llegaron a calificar de histórico: la señalización, en algunas zonas del litoral pitiuso, de las praderas de esta planta marina protegida en las cartas náuticas del Instituto Hidrográfico de la Marina (IHM), la guía internacional para poder navegar. Pero para el capitán de la Marina Mercante Joan Torres esta cartografía es «insuficiente».

«Están marcados los puntos con coordenadas muy aisladas que no representan las praderas. En la carta náutica hay que ponerlo todo porque sin la prohibición explícita de fondeo, es muy fácil seguir destrozándola», explica este experto.

Torres piensa que la cartografía debería reflejar las praderas de posidonia enteras porque, por ejemplo en la playa de ses Illetes, que está dentro del Parque Natural de ses Salines, apenas aparecen dos puntos de posidonia, marcados con el símbolo SG ( sea grass), novedad de la reciente modificación. Sin embargo, si se reflejara la superficie, la zona con veto se elevaría prácticamente a todo el litoral de esa área, asegura.

Las praderas de posidonia, «lamentablemente», no han crecido desde que fueron cartografiadas en 2007, explica. «Eso es lo que habría que trasladar a los mapas», exclama. La única zona que sí aparece en la carta náutica con el veto de fondeo desde la pasada legislatura es la conocida como es Caló de s'Oli, a la salida de s'Estany des Peix.

«Si tú eres un capitán de otro país puedes entender que ese signo marca la presencia de una especie protegida, pero no tienes por qué saber cuál es su superficie total ni que está prohibido fondear allí», explica el marinero. De hecho, la cartografía va acompañada de una leyenda que insta a los barcos a extremar precauciones, pese que a finales de julio el Govern balear aprobó endurecer la protección de esta planta y multar a las embarcaciones que estén fondeadas sobre ella, se haya demostrado el daño o no.

«El infierno está lleno de buenas intenciones», concluye entre la ironía y la indignación: «Hay leyes pero necesitamos más control y que las autoridades competentes para legislar sobre un Parque Natural blinden las praderas de posidonia y lo trasladen a las cartas náuticas».

Señalar específicamente las praderas serviría para prevenir más que curar, apunta Torres, porque cuando los agentes actúan, asegura que «el mal ya está hecho».