En Formentera se han tomado medidas para reordenar el turismo y se acerca el momento de analizar cuáles son sus consecuencias. Esta es la filosofía con la que el presidente de la patronal hotelera de la isla, Vicente Tur, analiza la caída del 5% de la ocupación hotelera en julio, mes determinante de la temporada que este año considera «atípica» por varios factores, pero que está todavía lejos de marcar una tendencia de mercado, apunta.

La subida de precios de las compañías aéreas low cost, la inestabilidad derivada de las huelgas en los aeropuertos, la subida de temperaturas en países tradicionalmente emisores de turistas (el norte de Europa) o incluso el mundial de fútbol, que «siempre distorsiona las temporadas», son algunas de las causas que Tur relaciona con la «ligera» caída de la ocupación.

«Llevamos años creciendo y hace tiempo que se habla de que estábamos llegando al límite en temporada alta», analiza. «Ha habido mucha inversión hotelera en la isla, pero con las subidas de precios y de calidad que hemos visto, una caída del 5% de ocupación no me parece que sea un dato negativo», apunta.

Proteger la isla

«Cuando se toman medidas, nunca se sabe por dónde saldrá el tiro (...) y las decisiones se han tomado para proteger Formentera y responder a los rumores que hablaban de masificación de la isla», explica.

Políticas como la de regular el tráfico o perseguir las viviendas de alquiler turísitico sin licencia son algunos de los ejemplos que Tur pone sobre la mesa para explicar que más que perder turismo, en Formentera se está rediseñando la oferta. Y una de las claves en esta revisión es la convivencia entre la industria turística y la población estable de la isla.

«No podemos crecer siempre al 5% porque se acabaría girando la sartén», continúa. Por esto, recomienda estar atentos a las encuestas de satisfacción y a la opinión de los visitantes, para poder rectificar o aprender de las experiencias, ver cómo los turistas valoran los cambios que se están haciendo y continuar siendo atractivos para mantener la demanda. «Para ver una tendencia tenemos que esperar entre dos y tres años. No podemos sacar conclusiones con los datos que tenemos hasta el momento», explica el empresario.

Por ahora, lo importante es «intentar posicionar Formentera sin masificarla con gente que no nos beneficia (...), que nuestro producto sea sincero y no vender a los visitantes una manzana que ya está mordida».