Una reducida representación de los distintos ámbitos profesionales de la sanidad pública se concentró ayer frente a la entrada del hospital de Formentera para mostrar su rechazo al decreto promovido por el Govern balear sobre la lengua catalana.

En total, 19 personas entre médicos, personal de enfermería y del servicio de limpieza, y representantes del Partido Popular en Formentera, respondieron a la convocatoria del Sindicato Médico de Balears (Simebal) y de la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF). Una cifra apenas suficiente para deletrear el eslogan de la movilización: 'Mérito sí, requisito no', que fue coreado tímidamente por los asistentes un par de veces.

Tras la descafeinada protesta, que duró unos diez minutos, la delegada sindical del CSIF por Formentera, María Teresa Carroquino, expuso que el decreto del gobierno autonómico supone «un problema grande» para la isla, debido a que «ya tenemos bastante dificultad en el hospital de Formentera para cubrir las plazas» de personal sanitario. Como ejemplo, Carroquino recordó que «de las cinco plazas de Medicina Primaria que existen, no hay ningún titular, y solo una persona de las cinco tiene el título de catalán».

Además, «las oposiciones a nivel nacional se convocarán en 2019 el mismo día para todos» y eso supondrá, según la delegada sindical, que los aspirantes se presentarán a las plazas de lugares donde «pasar el examen sea suficiente», sin tener que superar «una dificultad más» como es el conocimiento de otra lengua.

«No estamos en contra del catalán», puntualizó Carroquino, «pero creemos que hay otras formas de potenciar su conocimiento». Con este decreto «se está haciendo lo contrario, se está consiguiendo que muchos lo vean como una imposición y se posicionen en contra de esa lengua», concluyó.