El desfile de Carnaval celebrado ayer en Sant Francesc reunió a gran cantidad de vecinos, muchos de los cuales dejaron la timidez en casa y salieron a la calle disfrazados y dispuestos a la diversión en un día en el que el tiempo acompañó.

Todo empezó sobre las 11 horas, cuando los primeros participantes llegaron al aparcamiento de sa Senieta para concentrarse e inscribirse en el concurso de disfraces. Poco a poco este espacio se fue llenando de público para disfrutar de una Rúa encabezada por una batucada femenina que con energía y mucho ritmo se encargó de abrir el desfile.

La Rúa recorrió las principales calles de Sant Francesc, dando dos vueltas a un circuito urbano para concluir en la plaza de la Constitució, allí esperaban los dj's, Blue y Javi Box, que pusieron la música mientras la asociación de madres y padres del colegio Mestre Lluís Andreu organizaba la comida, en el exterior del Centro Cultural 'Gabrielet'. En el interior, un nutrido grupo de padres y cocineros, 17, se encargó de cocinar y de servir la paella.

Pero antes el ambiente inundó las calles en una mañana soleada en la que se vivió una fiesta colorida y con disfraces originales, aunque no faltaron los clásicos como payasos y superhéroes, entre otros.

En total se presentaron cuatro carrozas, aunque la más numerosa y la más trabajada fue la de la Asociación Apmitea, en la que participaron usuarios del Centro de Día, cuidadores y familiares con el tema de 'El castillo del Conde Dráculo'.

También se volcaron los padres y madres de alumnos del Colegio Virgen Milagrosa, con una carroza con el título 'La vida más que un cuento', en donde había pitufos o caperucitas rojas, sin olvidar a Alicia en el país de la Maravillas.

Los alumnos y padres del Colegio Virgen Milagrosa recrearon el famoso musical 'El rey león', con disfraces étnicos y un colorido maquillaje. también ellos en la plaza montaron su espectáculo. El 'Dancing control', formado por un grupo de niñas que bailaban a ritmo de zumba, también fue uno de los grupos que más animó el ambiente a lo largo del desfile.

Al igual que la carroza 'Madre tierra', con estilo africano y un grupo de baile muy bien coordinado que no paró durante todo el recorrido.

En cuanto a los disfraces individuales ganó en adultos 'El papa móvil', pero también destacó especialmente una pareja de niñas disfrazadas de flamenco que reivindicaron la protección de esta especie tras los últimos casos de mortandad registrados en Ibiza y Formentera y que fueron premiadas.

Este año la crítica y la sátira no estuvieron representadas, tan solo un grupo de cuatro jóvenes que iban de 'cassette' de toda la vida, pero con el título de 'La canción de Puigdemont'.

La Rúa duró como unas dos horas y luego el público se concentró en la plaza para bailar. Los vecinos disfrutaron y se lo pasaron bien en una ambiente distendido y divertido, sin grandes alardes, pero lo suficientemente atractivo como para pasar la mañana y tarde de un domingo, dando buena cuenta de una suculenta paella.