El ´Jardín de los secretos´ esconde plantas de todo tipo, desde berenjenas, rábanos, lechugas, tomateras, calabazas y pimientos hasta fresones, mentas, cebollinos, romero, albahaca y poleo menta, mientras que el ´Pozo de los deseos´ es un pequeño estanque, abastece a los papiros, la planta originaria de Egipto que se ha adaptado a la perfección al clima de Formentera.

La huerta ecológica infantil que el Consell de Formentera puso en marcha a finales del mes de abril al lado de sa Tanca Vella en Sant Francesc ofrece a los más pequeños un espacio de aprendizaje, un lugar donde imaginar, experimentar y jugar con algo que para muchos es cotidiano: el huerto. El proyecto nace en un momento en que el paisaje de la isla se está transformando con iniciativas que provienen del área de agricultura del Consell: por un lado se recuperan los campos abandonados para abastecer de producto a la propia isla y, por el otro, se potencia el cultivo ecológico y sostenible.

Estos días los alumnos de las escuelas de verano aprovechan para escaparse al huerto infantil. «¿Alguno de vosotros ha probado un rábano?», pregunta Pablo Aixelá, el educador y paisajista del huerto, que en esta ocasión dirige un grupo de niños y niñas de 8 y 9 años de la escuela de Sant Francesc. Solamente un alumno levanta la mano con la emoción del que posee un conocimiento único: «¡En casa de mi abuelo hay rábanos, yo le he ayudado a plantarlos!», exclama mientras el resto de alumnos atiende con interés. «¿Alguien reconoce la planta de las flores amarillas?», vuelve a cuestionar Aixelá. En esta ocasión es una niña la que levanta la mano prorrumpiendo: «¡mi abuela tiene calabazas en su huerto!

Según explica Aixelá, los niños aprenden a identificar las plantas autóctonas, a conocer sus necesidades y su metabolismo y también a trabajar la tierra, cuidarla y nutrirla. «Aquí descubren el compostador» señala Aixelá, que transforma los residuos en compost. También aprender cómo gestionar el agua, las posibilidades de la posidonia como nutriente y los insectos aliados de las plantas. «Este proyecto surge de la sensibilidad de los mayores, la población y el Consell», matiza el alma máter del proyecto.