El Consell de Formentera ha firmado un convenio de colaboración con el titular de la parcela donde se encuentra el pozo de can Marianet Barber, en el camí vell de la Mola, entre Sant Francesc y el cruce con la carretera de es Ca Marí, para restaurar este bien que forma parte del patrimonio hidráulico insular.

De esta forma, el área de Patrimonio tiene previsto iniciar a principios de este año la restauración de este elemento, catalogado con la máxima protección, y que es representativo del siglo XVIII. Mediante ese acuerdo el propietario de este bien patrimonial autoriza al Consell a tramitar la correspondiente licencia de obras y su señalización. Al mismo tiempo, autoriza el acceso a pie al público para que pueda ser visitado.

Por su parte, el Consell Insular realizará un estudio arqueológico e histórico y solicitará un presupuesto para realizar las obras de consolidación y conservación.

El técnico de Patrimonio, Jaume Escandell, explicó que este pozo fue arreglado en los años noventa pero actualmente se encuentra «muy deteriorado», sobre todo en las piedras y la albañilería de la parte trasera, que «necesitan de una intervención», aseguró. Además se realizará el correspondiente tratamiento de conservación en los elementos de madera, como la viga interior y la puerta que tapa el acceso.

Previamente realizarán los estudios documentales de planimetrías y tras las obras señalizará este elemento arquitectónico y dejarán el espacio de acceso en condiciones.

El técnico de Patrimonio avanzó que esta misma fórmula de colaboración se extrapolará a otros bienes de similares características como pozos o aljibes que sean de interés y que precisen de una intervención para su conservación Escandell señaló que el objetivo «es ayudar a los titulares de patrimonio».

Este pozo, como algunos otros, forma parte de la historia de Formentera ya que se convirtieron en elementos fundamentales en la vida de los habitantes debido a la escasez de agua.

Jaume Escandell detalla que en este caso está vinculado a una casa vecina, de can Marianet Barber del siglo XVIII. Además está en el costado de un camino, que en la época era una de las vías principales de la isla, y el pozo era de uso público. Aquí el técnico matiza: «Eso no quiere decir que fuera de titularidad pública, el pozo estaba en la parcela de una persona que, de alguna forma, daba su consentimiento para que el vecindario pudiera aprovechar el agua».

Con el paso del tiempo el uso consuetudinario quedó reflejado en algunos casos en las escrituras y en otros no. En cualquier caso los pozos de Formentera son, sin duda, una de las referencias más importantes de las condiciones de vida desde la repoblación de principios del siglo XVIII.