La comisión de fiestas de la Mola volvió a reunir ayer en el Pilar a unas 1.200 personas que a lo largo de la jornada visitaron y disfrutaron de las actividades organizadas con motivo de la décimo primera edición de la ´Olimpiada pagesa de la Mola´. Lo más destacable fue la organización, asumida por decenas de voluntarios anónimos que se implican cada año en esta fiesta para que sea un éxito y tenga una masiva respuesta de participación. La clave está en el bajo presupuesto, este año unos 12.000 euros, y en la gran implicación de los vecinos.

David Costa, el portavoz de la comisión de fiestas, se mostró muy satisfecho con el desarrollo de todas las actividades: «El día nos ha acompañado, hemos tenido suerte con el sol y luego la gente ha respondido como siempre».

A primera hora de la mañana ya estaban dispuestos todos los puestos con muestras de ganado autóctono: conejo, cerdo, oveja y gallinas que el público observó y valoró como si fuera la primera vez que entrara en contacto con estos animales. También hubo una muestra de aves rapaces a cargo de una de las asociaciones de cetrería de Palma que aportó un impresionante azor, un águila y varias aves autóctonas como un diminuto autillo, entre otras. A pocos metros de esta muestra los aficionados a la caza tradicional, con arco, podían probar puntería sobre unas dianas en forma de jabalí, gallina, ciervo y lobo. Mientras, una de las productoras de cultivos biológicos locales extendía sus exuberantes coles, zanahorias y demás hortalizas sobre una mesa en la que compartían presencia con quesos, miel y vino.

A mediodía, el párroco de Formentera, Miguel Ángel Riera, ofició una misa de campaña bajo la carpa montada en el recinto escolar de la Mola, que acogió el grueso de los actos. Mientras, en el citado espacio el grupo de escaladores ´Colgados de Formentera´ montaron una tirolina para pequeños y adultos que fue una de las novedades de la edición de este año. Al mismo tiempo hubo, como siempre, muestras de artesanía popular (de Ibiza) así como un espacio ocupado para los aficionados locales, cada vez más numerosos, al aeromodelismo, con modelos cada año más espectaculares

El grupo de baile folclórico Brisas de Sant Antoni también participó como invitado ante un público que disfrutó de la muestra de baile tradicional. A partir de las 14 horas los cocineros y camareros de la comisión de fiestas comenzaron a repartir la paella, que degustaron unas mil personas.

Después comenzaron las pruebas de la Olimpiada con el encendido de la llama olímpica que corrió a cargo de los alumnos del colegio de El Pilar. A partir de ese momento la diversión corrió a raudales con las distintas pruebas a concurso.

Cabe destacar la predisposición de los concursantes, que con el paso de los años se implican más dejando a un lado la timidez.