Cada vez que se acomete alguna obra de gran envergadura en Ibiza aparecen restos arqueológicos, vestigios del pasado de una isla habitada por diferentes pueblos durante siglos. Algunos de estos restos han sido protegidos y museizados, otros al corrido peor suerte y han sucumbido al asfalto o a los cimientos de algún bloque de viviendas o casa.

El más conocido e importante en Ibiza es sin duda el poblado fenicio de sa Caleta (s. VII a. C.) , rodeando por una valla y con un proyecto de museización en marcha sin fecha de finalización. Se encuentra cerca de la playa de es Bol Nou, en una pequeña península donde cohabita con baterías militares.

La Necrópolis de Puig des Molins (s. VII a. C.) , en el centro de Ibiza, es otra joya de la isla. Se trata un cementerio con 3.000 tumbas excavadas en la roca. Junto a la necrópolis se halla el Museo Arqueológico de Puig des Molins, desde el que se puede acceder a una pequeña parte del cementerio y entrar a algunas de estas fosas a través de escaleras.

Entre Cala D´hort y Cala Vedella se encuentra Ses Païsses de Cala d´Hort, un asentamiento púnico-romano (s. V a. C.) con dos edificios y dos necrópolis, al que es fácil de acceder ya que se encuentra señalizado.

La Cova de es Culleram, en Sant Vicent de Sa Cala, es otro enclave arqueológico de la isla. Se encuentra a 150 metros sobre el nivel del mar y fue un santuario de culto de la diosa Tanit. Solo se puede visitar en verano. El resto del año permanece cerrado.

La Cova del Vi o de ses Fontanelles, cerca de Cala Salada, es una cueva con pinturas rupestres que sirvió de bodega de vino. Estudios posteriores desmontan la tesis del arqueólogo francés Henri Breuil, que databa estas pinturas 1.000 años a. C. y las sitúan en la época púnica. Las pinturas no son fáciles de ver, pero el paseo por la zona de acantilados bien merece la pena.

Un acueducto romano atraviesa parte del término municipal de Santa Eulària hasta llegar a la costa. Se trata del acueducto de s´Argamassa, una construcción romana del s. I, que trasportaba agua dulce a una piscifactoría de la costa.

Otro enclave son las misteriosas Torres d´en Lluc, que se encuentran muy cerca de los acantilados de Cala d´Albarca, entre Santa Agnès y Sant Mateu. Son parte del conjunto de una antigua fortaleza en un lugar privilegiado cuyo origen exacto no se ha podido establecer.

Más accesible se halla Sa Penya Esbarrada, un pequeño yacimiento del s. XII de los restos de una casa de campo musulmana. Se encuentra en el Pla de Corona, muy cerca del famoso mirador de las islas ses Margalides y el pequeño restaurante Las Puertas del Cielo.

Menos conocido, en la Xanga, entre la Torre de Sal Rossa (al final de Platja d´en Bossa) y las casetas varadero se acumulan toneladas de conchas de gasterópodos a los que los púnicos y los romanos extraían la glándula hipobranquial de un certero y limpio tajo para fabricar la púrpura. Solo hay que mirar al suelo para ver este pequeño yacimiento con siglos de historia.

En Dalt Vila se erige el Centro de Interpretación Madina Yabisa donde se puede ver un resto de la antigua muralla medieval de Ibiza.

En el solar número 12 de la calle sa Capelleta de Ibiza se encuentra el Centro de interpretación de Sa Capelleta, un yacimiento púnico, romano e islámico, donde se pueden ver enterramientos y un arrabal urbano fuera de las murallas de la época islámica.

Otros yacimientos se encuentran integrados en edificios, como un hipocausto -un sistema de calefacción usado por los púnicos en las villas romanas importantes- y unos muros de la misma época que pueden verse a través de un cristal en el colegio sa Bodega de Ibiza. O el hipocausto que hay justo al lado del hipódromo de Sant Jordi.

El Parador de Turismo de Ibiza, en obras desde hace años, alberga los restos de un templo romano, que será visible en parte, una vez que terminen los trabajos, aunque no se seguirá excavando más para investigar sobre este yacimiento. Los arqueólogos solo pudieron asegurar tras su hallazgo que el último momento de ocupación del edificio fue entre el siglo V, VI o incluso VII. Su construcción no es anterior al siglo I a.C. y I d. C., en época romana. También concluyeron que a partir del siglo X, durante la época islámica, el edificio ya estaba en desuso y empezó a desmontarse y emplear los materiales en otras construcciones.

Zanjas de cultivo.

En muchas obras aparecen zanjas de cultivo, que suelen ser de época tardo-púnica y romana, pero también hay más recientes. Se han hallado muchos yacimientos de este tipo, como el desaparecido en el Camí Vell de Sant Mateu, en Puig d'en Valls, donde se proyectaba hace años la construcción de una promoción de viviendas de protección oficial o las que salieron en las obras de la variante de Jesús, cuya imagen parece arriba de este texto.

También en junto al Camí Vell de Sant Mateu se hallaron en 2014 los vestigios de un asentamiento rural tardo-púnico (entre los siglos III al I a. C.) formado por 10 habitaciones, un centro de producción de vino o aceite y una necrópolis de época bizantina con 18 tumbas. Abarcan una superficie de 4.500 metros cuadrados. Estos restos están siendo cubiertos en la actualidad, como se ve en la imagen inferior de este texto, para una segunda fase de museización.

Para la elaboración de esta noticia se ha usado la hemeroteca de Diario de Ibiza y la Guía Ibiza 5 sentidos.