El concurso interestalar de frita de matances de Sant Jordi celebró el sábado 9 de abril su segunda edición, después de que los de los años 2020 y 2021 fueran cancelados debido a la crisis sanitaria originada por la expansión del coronavirus. Lo importante en este certamen es participar y disfrutar del día con los amigos, como hicieron los 20 equipos participantes en esta edición, tres más que los que hubo en el año 2019. En aquella ocasión pasaron por la plaza de la localidad unos 2.000 visitantes y se recaudaron 7.000 euros. Ambas cifras se superaron con creces este año, quizás por las ganas que hay de desfogarse tras dos años de continuas restricciones.

Se celebró en la plaza de Sant Jordi. | VICENT MARÍ

Por ejemplo, se recaudó más por la venta de tiques (600) para comer la frita de matances popular: unos 9.000 euros. Esa cantidad se destina íntegramente en esta ocasión a la Asociación Pitiusa de Ayuda a Afectados por el Cáncer (Apaac). En total se repartieron 600 raciones, 200 más que las que se prepararon en la primera edición. Fue cocinada por Antoni Serra, Margalit, en tres enormes ollas, dos de ellas de hierro y seis asas, que fueron adquiridas por la asociación de vecinos de Sant Jordi hace muchos años a sendos herreros (una al padre, otra al hijo) de Santa Gertrudis. La tercera es de acero inoxidable, según especifica José Cardona.

Uno de los equipos concursantes. | V.M.

Para esta edición se cocinaron 600 raciones de ‘frita de matances’, 200 más que en la primera, y se recaudaron 9.000 €

La presidenta de Apaac, Maribel Martínez, dice que invertirá el dinero recaudado en atención a enfermos de cáncer y a sus familiares, y que todo se quedará, íntegramente, en Ibiza para ayuda psicooncológica, talleres (como yoga), pelucas o préstamo de material ortoprotésico. «Todo gratis», según Martínez, que asegura que su asociación siempre va «un poco justa de dinero» y siempre está pendiente de cada subvención pública para pagar sus cinco nóminas y para atender a todos los que precisan su ayuda, que no son pocos, pues, por ejemplo, cubre el tratamiento psicooncológico de 300 ibicencos. También apoya a los enfermos y a sus familias en tareas de gestión, como por ejemplo para solicitar subvenciones, a veces necesarias por sufrir una discapacidad.

Una ‘frita’ bajo supervisión de una cocinera experta. | V.M.

Hartos y furiosos

El equipo Fart & Furius revalidó su primer puesto en este concurso, ya que también venció en la edición del año 2019. Recibió una Corona hecha por el equipo Foc a s’Olla y una cerámica de Toniet. Segundo fue Rias Team, y tercero, Es Pixacans, a los que se entregó otra cerámica de Toniet.

Jordi Riera fue el chef (además, fue parte de la organización del concurso de la frita de matances) de Fart & Furius. Para Riera, «el momento más delicado» de esa receta es cuando se sofríen los ajos. Y el secreto, asegura, es cocinar todo por separado y «que el aceite no se queme». Ese truqui volvió a gustar al jurado, que eligió su frita como la mejor de las 20. Este equipo se junta para pasar un buen rato y porque les gusta comer bien: «Como denota mi cuerpo», bromeaba Riera mientras se miraba la cintura.