¿Qué mejor plan para el sábado que practicar un poco de deporte y rebozarse en barro hasta las orejas? Eso debieron pensar los más de doscientos valientes que ayer participaron en la Sant Carles Xtrem, «la carrera más loca del calendario ibicenco», en palabras de su presentador, Juanjo Serra.

A las 15 horas muchos corredores estaban ya recogiendo sus dorsales en el aparcamiento de las Dalias e inspeccionando el terreno de la prueba, que gracias a la lluvia del día anterior, lucía en las condiciones óptimas, es decir, con fango y charcos suficientes para embarrarse a gusto.

«Esta carrera es perfecta para las gente que empieza a hacer deporte y quiere divertirse», comentaba antes del inicio Gabriela Vázquez, una ibicenca de 26 años que competía por segunda vez en la Sant Carles Xtrem, incluida en el programa de las fiestas de Sant Carles.

Ya en el lugar de la prueba aguardaban el comienzo de la carrera espartana cinco amigos disfrazados como un equipo de baloncesto y con pelucas negras. Uno de ellos, Gabriel Torres, dejó claras las intenciones del grupo, «no venimos a competir sino a pasarlo bien». Al final, además de divertirse, se llevaron el primer premio al mejor disfraz en la categoría de adultos.

El tutú fue una de las prendas favoritas de los participantes que optaron por enmariolarse para la ocasión. Pero también abundaron los superhéroes, como Los Increíbles, que quedaron en segunda posición en la categoría infantil de disfraces. El primer puesto fue para un trío de erizas ibicencas, Esther Planells y sus hijas Iris y Cristina, dos gemelas de 6 años que compitieron en la Mini 1, con la que dio comienzo la Sant Carles Xtrem.

214 inscritos

En esta sexta edición, aunque no todos llegaron a terminar la prueba, había 214 inscritos, 130 en la carrera principal, 22 en la Mini 2 (entre los 10 y los 15 años), y 62 en la Mini 1 (entre los 2 y los 9 años).

El circuito, de 1.200 metros de longitud, tenía en esta edición más dificultad de lo habitual, con más de una decena de obstáculos, algunos de ellos novedosos, como unas barras de equilibrio y un gran hinchable que no se lo puso nada fácil a los corredores.

El ánimo festivo de los participantes fue dando paso a las caras de agotamiento a medida que transcurría la prueba absoluta. Algunos, exhaustos, decidieron abandonar. «Ha sido estupendo pero yo no soy deportista y no me he preparado a fondo», reconocía Sandra, una joven lituana, que, a pesar de retirarse sin completar el circuito, piensa repetir el año que viene. No lo tenía tan claro Andrea García, de 24 años, que había acudido a la cita deportiva con seis amigos de Puig d'en Valls, todos ellos vestidos de guerrilleros. «Es la primera vez que participo, ha sido muy divertido, pero esto es para hacerlo una vez, la próxima hago la mini carrera de los pequeños», bromeaba Andrea con su compañera de fatigas, Ángeles Palau, que también optó por dejar la carrera en la primera vuelta.

«Este año ha sido un poco más duro que en otras ocasiones», reconocía William Aveiro, del Club Atletismo Ibiza, que fue el vencedor masculino de la prueba absoluta. Tardó 21 minutos en completar el recorrido, seis kilómetros en cinco vueltas, en los que tuvo que sortear vallas, balas de pajas y chorros de espuma y saltar camiones y contenedores, entre otros obstáculos. Su pesadilla, aseguró, fueron los neumáticos. Siguiéndole muy de cerca durante la carrera, estaba Andoni Valencia, que quedó en segundo lugar. Veith Nicklas fue el tercero.

La ganadora en la categoría femenina de la prueba general fue Carolina Gámez, disfrazada de gata, una corredora que forma parte del Club de atletismo de Santa Eulària y que invirtió 27 minutos en todo el recorrido. Luisa Bonet y Susana Sevillano quedaron en segunda y tercera posición.