El saludo de la Comissió de Festas de Sant Miquel en el programa de este año es toda una declaración de intenciones: «Si al terminar las fiestas se ofrecen voluntarios, les haremos el traspaso de cargos con mucha ilusión, y si por el contrario no se encuentra nadie, la comisión de fiestas se verá obligada a disolverse».

Para el presidente de la comisión, Daniel Roig, el problema es doble. Por un lado, la falta de continuidad de las nuevas generaciones en coger el relevo; y por otro, las trabas burocráticas como las que han sufrido este año a la hora de cobrar una subvención del Consell, que ya han perdido. «Nos da pena dejarlo, pero llevamos ya cinco años, cuando el ciclo es de cuatro, y hemos tenido el problema de las ayudas con el Consell, que nos debe 3.000 euros y nos ponen demasiadas trabas. Nosotros somos una asociación sin ánimo de lucro y hacemos esto por dar vida al pueblo y para que disfrute la gente», señalaba Daniel Roig esta semana mientras colocaba los banderines que engalanan estos días Sant Miquel.

A pesar de los problemas, a la comisión no le han faltado las ganas de celebrar las fiestas. «Este año las hemos concentrado mucho en dos fines de semana y esperamos que todo vaya bien, haya mucha música y también tradición», comentaba el presidente de la comisión, que también agradeció la ayuda del Ayuntamiento de Sant Joan y de la Colla de Balansat, que ha organizado distintas actividades.