Cuando el pianista ibicenco Llorenç Prats (Ibiza, 1990) dio su primer recital en la isla en agosto de 2008 no se imaginaba que diez años después se encargaría de ofrecer la actuación inaugural de las Festes de la Terra, que tuvo lugar el pasado miércoles por la noche en el Claustro del Ayuntamiento de Ibiza. El joven talento asumió con una gran responsabilidad este reto, para el que contó con la violonchelista húngara Eszter Karasszon. El dúo interpretó un repertorio variado de piezas clásicas que culminó con la ´Rapsodia húngara´ de David Popper. Fue su particular homenaje al país donde Prats ha madurado como músico y donde nació Karasszon.

Estos jóvenes talentos, que tocaron juntos por primera vez en Jesús el 18 de noviembre del año pasado, escogieron para su recital en Ibiza algunas de sus piezas favoritas para que el público disfrutase de su concierto de música clásica.

Un centenar de asistentes disfrutaron de una velada en la que los músicos interpretaron piezas conocidas de compositores como Enrique Granados (´Intermezzo de Goyescas´), Manuel de Falla (´Siete canciones populares españolas´) o Federico Mompou (´El pont´, entre otros. «Queremos que el público disfrute con las piezas que tocaremos», señaló Karasszon, quien añadió que Ibiza es como «su segunda casa».

Aparte de con los temas conocidos, Prats se atrevió con otros menos populares de Claude Debussy, compositor que últimamente escucha mucho tras varios años obsesionado con Bach. En la actualidad cursa un Doctorado en Hungría sobre Béla Bartók, compositor húngaro al que le cogió manía cuando comenzó a tocar el piano.

Su pasión y sacrificio por la música clásica se la debe, en parte, a uno de sus profesores, Andras Kemenes. «Te escucha siempre desde el respeto y te incita a que te propongas tus metas y las cumplas. Es un guía. No es fácil encontrar a alguien como él», explicó el pianista ibicenco antes del concierto.

Prats también combina las actuaciones con la docencia. De hecho, en el concierto en el Claustro introducía de manera muy didáctica las piezas que la violonchelista y él iban a interpretar. «Me gusta tocar con otras personas, compartir la música y también dar clases, pero opino que la música clásica no se debe imponer», insistió el pianista. En su opinión, los compositores clásicos son «atemporales». «Lo bueno de la música clásica es que perdura con el paso del tiempo, es eterna, mientras que la vida de la música popular es más corta», reivindicó este virtuoso del piano.

Antes del recital, el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, pronunció el discurso inaugural de las Festes de la Terra, en el que destacó el papel protagonista de la música, cuya oferta satisface a todos los públicos, y el «cariño» con el que han elaborado el programa. Además, señaló que la inauguración de las Festes de la Terra es una excusa perfecta para acercarse en verano a Dalt Vila, Patrimonio de la Humanidad.

A continuación, hizo referencia a la Casa de la Música, proyecto que anunció en la inauguración de las Festes de la Terra de hace dos años, para recordar que esperan iniciar las obras este invierno.

Entre el centenar de asistentes se encontraban la consellera balear de Cultura, Fanny Tur; el presidente del Consell, Vicent Torres, y los parlamentarios Santi Marí y José Vicente Marí Bosó, entre otros.