La fiesta de Sant Jaume siempre se ha asociado en Formentera a la idea de la hospitalidad que nace a principios del siglo XVIII, con la colonización iniciada por Marc Ferrer, que atrajo a familias ibicencas a la isla para su repoblación. Entonces, los formenterenses, aprovechando la bonanza en el mar y que los trabajos de la siega del cereal habían concluido y las fincas estaban recogidas, invitaban, coincidiendo con el día de Sant Jaume, a sus familiares ibicencos.

Desde entonces, los formenterenses abren sus puertas por estas fechas, aunque entre los actuales visitantes, además de amigos y familia de la isla vecina, abunden los turistas de todas las latitudes.

Desde que se creó el Consell Insular (2007) se ha instituido la Diada de Formentera el 25 de julio, siendo siempre festivo local.

Los actos de ayer comenzaron por la tarde con la misa oficiada por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, a la que asistieron representantes del Consell y numerosos fieles.

Después fue el momento del ball pagès, con la participación de los grupo locales Es Xacoters y Es Pastorells, que hicieron las delicias del numeroso público que se concentró en la plaza para asistir al baile tradicional.

Anoche estaba prevista la actuación del grupo ibicenco Ressonadors, con Joan Barbé y Omar Gisbert. En el cartel le seguía Spioks, un grupo que tras 25 años de pausa ha vuelto a los escenarios con la misma ilusión que tenían cuando eran más jóvenes. Finalmente, el grupo liderado por Miquel 'Botja', Bluesmàfia i es Saligardos, fueron los que tenían que cerrar la fiesta. El viernes, a las 22 horas, está prevista una sesión de rap con Dual Top, Fabian, D'Versus y Juan Vidal.