De esta Eurocopa emergen varias tendencias cada vez más consolidadas de cara al fútbol de las próximas temporadas.

-El fútbol tiende a parecerse cada vez más al baloncesto. Los grandes partidos se deciden en ofensivas casi desesperadas durante los últimos diez minutos tras largas fases de cuidadosa contención mutua. En esos arrebatos finales las retaguardias carecen casi invariablemente de estrategias idóneas.

-Igualación. Cualquier equipo bien estructurado de la considerada segunda línea cada vez está en mejores condiciones de plantar cara a cualquier rival teóricamente superior.

-Nítida consolidación de las defensas con tres centrales expeditivos. Se han convertido en un riesgo continuo los preferentemente posicionales y pasadores, y lo han demostrado nuestros Pau Torres y Lenglet. 

-Confirmación del valor estratégico fundamental que tienen desde la consagración de Klopp los carrileros como ejes esenciales de casi todos los encuentros.

-Los equipos bien organizados defensivamente a partir de jugadores no excepcionales pero con sentido continuo de ayuda mutua están en mejores condiciones que nunca para superar a las grandes estrellas ofensivas de la velocidad, habilidad personal y combinatoria.

-En general siguen desarrollándose con más eficacia las innovaciones defensivas que las de desbordar los planteamientos defensivos cerrados. El guardiolismo ha impuesto sin vacilaciones lo de jugar desde atrás. 

-Declives casi definitivos. Esta Eurocopa se traga a grandes nombres de la última década. Piensen en Cristiano, Müller, Modric, Kane, Kroos, Blind, Pepe, Hummels, posiblemente Hazard y nuestro Sergio Ramos... A partir de ahora alguno de ellos rebañará carrera pero muy previsiblemente en plano abiertamente descendente.

-Mitos emergentes para el futuro inmediato. Llega la hora de Pogba, Havertz, nuestro De Jong, De Ligt, Shaw, Saka, Lucatelli, Depay, Tielemans, Bruno Fernandes, Sterling, Coman, Grealish, Witsel, De Bruyne, Mount... Algunos ya con cierta edad y cierta irregularidad pero pendientes de consagración top como posibles grandes protagonistas de lo que llega.

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-Busquets y Pedri encarnan la buena transición ordenada de época que puede protagonizar España. De momento sostienen a la selección dentro del nuevo trío de posibles ganadores del campeonato: la muy trabajada Inglaterra que no encaja goles, el juego continuamente eficiente de Bélgica en todas direcciones, y ese desenfrenado e irregular anarquismo combativo que ha encontrado Luis Enrique. 

-Mbappé, congelado. Con tácticas defensivas convertidas en más eficientes que los desbordes individualizados, vacila. El éxito en el futuro inmediato del fútbol parece más ligado al trabajo conjunto que a la genialidad puntual. Eso va abrir debates.