Especial Construcción Otoño e Invierno

En busca espacios más saludables y armoniosos para vivir y trabajar

Adoptar prácticas de bioconstrucción implica considerar el ciclo de vida completo de los edificios, desde la extracción y elaboración de los materiales, pasando por el proceso constructivo, hasta el final de su vida útil

La madera sostenible y la paja contribuyen a aumentar la calidad del aire interior y evitan emisiones tóxicas. | SHUTTERSTOCK

La madera sostenible y la paja contribuyen a aumentar la calidad del aire interior y evitan emisiones tóxicas. | SHUTTERSTOCK

Redacción |

Bioconstrucción, construcción sostenible, biología de la construcción, ¿qué es y cuáles son sus fundamentos?. La bioconstrucción es una disciplina dentro del mundo de la arquitectura y de la edificación que busca integrar la construcción en su entorno. Para ello, se deben utilizar los recursos del lugar, los materiales naturales y no dañar al entorno. La bioconstrucción se entiende también como una forma de construcción respetuosa con los seres vivos y el medio ambiente. Es una respuesta al desafío global de reducir el impacto ambiental en el sector de la edificación, a través del uso de materiales sostenibles y técnicas que minimizan la huella ecológica. Este enfoque tiene en cuenta el medio ambiente, así como la salud y el bienestar de los ocupantes, ya que busca espacios más saludables y armoniosos.

La biología de la construcción apuesta por las fuentes de energía renovables

Se trata de una visión multidisciplinar, que trasciende la arquitectura y se enlaza con la psicología ya que asume criterios de la neuroarquitectura (colores, altura de los techos, iluminación, distribución) para diseñar viviendas y oficinas emocionalmente estimulantes, acogedoras, que favorezcan la comunicación, el sosiego o la productividad.

La bioconstrución implica considerar el ciclo de vida completo de los edificios, desde la extracción y elaboración de los materiales hasta el final de su vida útil. | SHUTTERSTOCK

La bioconstrución implica considerar el ciclo de vida completo de los edificios, desde la extracción y elaboración de los materiales hasta el final de su vida útil. | SHUTTERSTOCK

Además, adoptar prácticas de bioconstrucción implica considerar el ciclo de vida completo de los edificios, desde la extracción y elaboración de los materiales, pasando por el proceso constructivo, hasta el final de su vida útil. Esto incluye el uso de energías renovables y asegurar un aislamiento adecuado para reducir la demanda energética. También, la gestión del agua y la optimización de recursos son fundamentales, para lo que se requiere adaptar sistemas de ACS (Agua Caliente Sanitaria) solares y la recogida y reutilización de agua de lluvia.

La bioconstrucción prioriza materiales de bajo impacto ambiental como la madera o la paja

La bioconstrucción prioriza materiales de bajo impacto ambiental, como la madera sostenible o la paja, que además de ser reciclables y biodegradables, contribuyen a aumentar la calidad del aire interior y evitan emisiones tóxicas. La aplicación de técnicas bioclimáticas y el diseño orientado al aprovechamiento de las condiciones del entorno son fundamentales.

Para clarificar qué engloba la bioconstrucción, el Instituto de la Biología del Hábitat de Alemania (IEB), una de las entidades pioneras en el mundo, con más de cuatro décadas de trayectoria y sede en España, ha establecido 25 pautas de la bioconstrucción sirven como indicadores y como lista de control para el trabajo de los profesionales de la arquitectura y la construcción.

En bioconstrucción, el diseño de viviendas está orientado al aprovechamiento de las condiciones del entorno. | SHUTTERSTOCK

En bioconstrucción, el diseño de viviendas está orientado al aprovechamiento de las condiciones del entorno. | SHUTTERSTOCK

Estos principios se engloban en cinco grandes bloques:

1. Medio ambiente, energía y agua. Se trata de minimizar el consumo y el impacto ambiental y priorizar las fuentes de energía renovables. Este principio también incluye proteger los recursos naturales y favorecer los sistemas de construcción locales tradicionales con materiales y ciclos de vida sostenibles, además de la calidad del agua potable.

2. Utilizar materiales de construcción y equipamiento naturales, no tóxicos, con la menor radioactividad posible y que absorban la humedad. Se trata de equilibrar el aislamiento térmico con la acumulación de calor, también la temperatura superficial y del aire interior.

3. Diseño interior y arquitectónico. Este principio apuesta por la iluminación y el espectro de luz cercanos a la luz natural, la artesanía local, el diseño estimulante para los sentidos, la fisiología y la ergonomía, así como las proporciones y formas armoniosas.

4. Clima interior. Este principio se centra en evitar las sustancias contaminantes, hongos, bacterias y alérgenos, favorecer la ventilación con aire fresco, minimizar los campos electromagnéticos o priorizar el calor radiante en la calefacción.

5. Hábitat ecosocial. Se centra en equilibrar las necesidades humanas con la protección del medio ambiente: distancias cortas a trabajos, escuelas, comercios, apostar por el transporte público, crear espacios verdes, favorecer la autosuficiencia local y los emplazamientos con los menores niveles posibles de radiación, polución o ruido.

En fin, el término bioconstrucción puede ser nuevo, pero su base es tan antigua como la humanidad. La construcción tradicional ya se hacía así, de forma artesanal con tierra, piedra o madera. Con estos materiales naturales se levantaban viviendas en buenas condiciones para sus moradores.

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