Formado en el Instituto Gemológico Español, Antonio Forns lleva una carrera imparable en torno a las piedras preciosas. Con poco más de treinta años, es experto en diamantes, corte, talla y pulido de gemas y tasador oficial. Ha trabajado como profesional independiente y como responsable de calidad de una empresa mayorista de alta joyería. Hace unas semanas ha abierto su propia joyería en Santa Eulària.

Antonio Forns Tono, como le conocen sus amigos, acaba de dar un nuevo paso en su carrera por amor a una ibicenca. De trabajar en Barcelona en una empresa que fabricaba y distribuía diamantes para la alta joyería ha pasado a montar su propio establecimiento, Joyería Forns, en Santa Eulària.

¿Cómo se le ocurre a un joven estudiar Gemología? ¿Viene de una familia de joyeros?

No, no tengo ningún antecedente. De pequeño me fascinaban los coleccionables de minerales y al acabar los estudios me decanté por la Gemología. Una carrera en la que coincidí con muchos profesionales que ya estaban en activo. Aquel bagaje durante mis estudios fue determinante en las decisiones que tomaría después.

Una carrera peculiar, ¿no?

Sí, estudié en el Instituto Gemológico Español y me gustó tanto que cursé todas las especialidades que derivaban de gemología como corte, talla, pulido, diseño, gemas sintéticas o tasación.

Precisamente, sus primeros pasos fueron como tasador oficial de joyas.

Con la anterior crisis, hubo un boom de tiendas de compraventa de oro, pero apenas había expertos en tasación. Así que me dediqué a tasar piezas y, como me encantan las piedras, pues iba comprando gemas poco a poco. Si veía alguna pieza interesante, dejaba el oro y adquiría la piedra para luego venderla.

¿Cuál fue el siguiente paso?

Gracias a la compraventa me empezaron a conocer en Barcelona, de donde soy. Este es un sector muy pequeño y nos conocemos casi todos. Aunque era muy joven, comencé a trabajar con los pedreros, como llamamos a los mayoristas de diamantes. Les vendía piezas que compraba. Poco a poco llegué hasta la bolsa de diamantes de Amberes, donde continúo realizando transacciones.

Hasta que un ‘pedrero’ se fijó en usted.

Efectivamente, tenía relación con mayoristas de diamantes, una actividad que todavía conservo, y me ofrecieron ocupar un puesto como responsable de calidad de una compañía que fabrica y vende alta joyería. En esta empresa me encargaba de escoger los diamantes, controlar la producción y la calidad de todo el proceso. Por mis manos pasaban cada día las colecciones más excluxivas.

En forns hay piezas desde 200€ con oro y diamantes hasta lo que el cliente quiera»

Y ahora continúa como mayorista de joyería y además se ha lanzado a abrir su propio establecimiento.

No me da miedo el cambio y la verdad, he dado este paso por estar con mi familia. Llevaba demasiado tiempo viajando a Ibiza los fines de semana y, con un niño pequeño, cada vez se hacia más duro. Así que acabo de iniciar esta nueva etapa en Santa Eulària, en un sector que me apasiona y en el que he puesto mucha ilusión.

¿Qué le gustaría aportar al mundo de la joyería de la isla?

Por mi trabajo cuento con una perspectiva global del sector. Además, tengo información privilegiada sobre el mercado. Sé lo que los clientes demandan y consumen.

¿Qué se puede encontrar en la Joyería Forns?

Vanguardia. Piezas innovadoras que se encuentran en el mercado internacional y joyería tradicional ibicenca. Además de piezas novedosas, realizamos diseños propios, diseños a medida con los gustos de cada cliente, e incluso adaptamos o transformamos piezas en la joya que el cliente quiera, siempre con un sello contemporáneo.

Casi no me atrevo a preguntar por los precios...

En Forns no trabajamos la plata, solo materiales de alta calidad. Sin embargo, puedo decir que hay piezas de diamantes y oro por 200, 400 euros... hasta lo que el cliente se quiera gastar. Como media, las piezas de Forns están en torno a los 1.700 euros. Mi objetivo es ofrecer joyas con un alto valor añadido. Algo que muchas veces no tiene que ser tan caro como puede parecer.

aplicamos tecnología moderna en la creación de joyas tradicionales ibicencas»

¿Cómo se consigue esta calidad?

Controlando la producción y aplicando criterios de exigencia, algo que he aprendido en las firmas de alta joyería con las que he trabajado.

¿Cuál es su piedra preferida?

El diamante es el rey de la gemas, pero hay muchas piedras que me encantan.

En un espacio de vanguardia, ¿tiene cabida la joyería tradicional ibicenca?

Por supuesto. Vamos a dar un impulso a las joyas tradicionales de Ibiza con técnicas de vanguardia y, sobre todo, a dotarlas de una elevada calidad desde todos los ángulos. Algo que creo que últimamente se ha ido perdiendo.

¿Qué tipo de clientes tiene?

De todo tipo, ibicencos, turistas... Estoy contento con la tienda, todo el mundo que pasa por la calle San Vicente de Santa Eulària se queda mirando el escaparate. He intentado trasladar a Forns lo que he visto en otras joyerías internacionales, como la privacidad y el diseño en todos los aspectos.