Ramón Díaz, (Jaén, 1957) es presidente de la Asociación Náutica de Ibiza y Formentera, integrada en la Pimeef, y forma parte de la directiva de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas en Balears. En 1974 vino a la isla de vacaciones y se enamoró de sus paisajes, hasta el extremo de dejar el trabajo y los estudios de químico farmacéutico que cursaba en Barcelona. Desde entonces, ha pasado por todos los oficios del sector náutico y hoy posee la Náutica Viamar y el Supermercado Náutico de la Marina Botafoc. Además, proporciona servicios de mantenimiento a numerosos clientes del puerto de Sant Antoni.

¿Qué peso tiene el sector náutico en la economía insular?

Cuando llegué a Ibiza tan solo había tres náuticas y hoy viven de este tipo de empresas, de forma directa, alrededor de 1.200 familias, y a ellas hay que sumar otros 1.200 puestos indirectos. Es un sector muy importante que, en el tema de los chárter, representa el 23% de todo el alquiler de Balears. La náutica, además, mantiene a sus trabajadores todo el año, que es algo que, por ejemplo, no ocurre en la hostelería.

¿Cuáles son los principales atractivos de la bahía de Sant Antoni para el turismo náutico?

Es uno de los mejores refugios naturales del Mediterráneo. Los vientos reinantes siempre son de Levante, lo que quiere decir que la parte Norte y la Sur siempre están a disposición de los aficionados, que aquí, por la climatología, gozan de un mar buenísimo. Al que le gusta navegar y conoce Sant Antoni difícilmente puedes atraerlo después hacia Ibiza. Además, dispone de un club náutico amable, familiar, tranquilo y muy bonito. Es cierto que la fiesta lleva años instalada en el entorno, pero en paralelo ha irrumpido el negocio de los chárter. Este año lo hemos visto aún más intensamente, gracias al ocio seguro que proporciona la náutica.

¿Cuál es su relación personal con la bahía?

Cuando llegué a Ibiza, mi primer trabajo fue en Sant Antoni, en la náutica Motor Boat, una de las pocas que entonces existían. Ahora, tengo mi barco personal aquí y, como Volvo Penta Center, proporciono servicios de mantenimiento a unos 50 clientes establecidos en la bahía. Paso mucho tiempo en Sant Antoni.

Actualmente hay un debate abierto y muchos vecinos y usuarios se decantan por orientar la bahía al turismo, dejando al margen los ferris. ¿Qué opina?

Estoy absolutamente de acuerdo con este punto de vista. Los ferris no aportan ningún beneficio al puerto de Sant Antoni. Siempre he pensado que, en caso de que hubiera un siniestro en Ibiza, podría servir como vía de escape, pero hay mucho más beneficio en que no se ejerza este tipo de actividad. Por el contrario, hay que promocionar mucho más el chárter, la navegación recreativa y la pesca. El tipo de clientela que atrae genera un mayor crecimiento del comercio y la hostelería en toda la zona. Las embarcaciones con pasajeros y de tipo industrial solo conllevan ruido y aglomeraciones de tráfico.

Luego está el asunto de lo que contaminan. Durante mucho tiempo, cada vez que llegaban los ferris, nuestros clientes con embarcaciones en la bahía nos llamaban porque sistemáticamente se les embozaban los filtros del aire acondicionado, con un polvo y una arena que no sabían de dónde venía. Resulta que lo levantaban las hélices de los ferris, al remover el fondo por la falta de profundidad, y acababan atascando los filtros, además de enterrar y ahogar la posidonia. Desde que han dejado de funcionar estos buques, el problema de los filtros prácticamente se ha reducido a cero.

Se ha demostrado, con datos reales, que los ferris de la bahía no traen más turistas a la isla ni mejoran la ocupación de los hoteles de la zona. ¿Cómo se puede justificar su continuidad?

Yo no lo entiendo. Solo existe un argumento y es que Sant Antoni es el punto más cercano a la península, pero las navieras enlazan también con Mallorca en las mismas líneas, así que ir a Sant Antoni o a Ibiza les resulta indiferente. Los ferris solo conllevan molestias y realmente su ausencia no implica una reducción de actividad para las empresas del núcleo de Sant Antoni. Además, en Ibiza las distancias son tan cortas que, una vez que el turista entra, va a donde se le ofrece mejor servicio y calidad. 14 ó 15 kilómetros de distancia no son representativos y lo que la gente busca es un entorno amable, bonito y limpio; también en la bahía de Sant Antoni.

¿Qué mejoras cree que hay que aplicar en la bahía para optimizar el turismo náutico?

El aspecto que más debemos mejorar es el vertido de residuos al mar. Tanto las aguas sin depurar suficientemente, procedentes de depuradoras, como los millones y millones de litros de agua excesivamente salina que procede de las desaladoras, y que afecta de forma muy intensa a la posidonia y a la propia fauna marina. Desde el sector náutico impulsamos un estudio realizado por una consultora de Barcelona que determinó que estos vertidos son mucho más perjudiciales para la posidonia que el fondeo incontrolado de embarcaciones.

También sería muy interesante, si se prescinde definitivamente de los ferris en Sant Antoni, aprovechar el área del muelle y la estación marítima para crear una zona de amarre para los chárter del sector náutico. Todo el entorno se revitalizaría, especialmente el comercio y la restauración, y se podrían crear unas instalaciones muy atractivas, sin generar impactos visuales.

Además, se evitarían los fondeos incontrolados que actualmente se producen en la bahía, con los que no estoy de acuerdo. Todos debemos competir en igualdad de condiciones y los que vienen de la península tienen un gasto de amarre que es el 70% más barato que el de aquí y eso les permite ofrecer precios más bajos. Me da mucha rabia que vengan todos esos catamaranes a Sant Antoni, fondeen de cualquier manera y utilicen muelles que no están habilitados. Tampoco pueden limpiar el barco como corresponde y eso no es ofrecer calidad a un cliente que paga un montón de dinero por el servicio que ha contratado. Aún no disponemos de cifras oficiales, pero calculo que la competencia desleal ya representa entre el 12 y el 15% del sector del chárter.

Como usuario particular de la bahía, ¿cómo le gustaría verla dentro de unos años?

Me gustaría que fuera lo más parecido a cuando iba al principio, recién inaugurado el club náutico. Te podías bañar y ver estrellas de mar. Hoy, si te metes en el agua, no sabes lo que puedes pillar. Es lamentable que al pisar la arena, en cualquier zona de la bahía, huela como huele, aunque el agua se vea limpia. También me gustaría disponer de un paseo marítimo que la circundase y que todo el mundo pudiese disfrutarlo en familia.

¿Cuáles son los principales retos que actualmente afronta el sector?

El más importante es que no disponemos de suficiente personal cualificado. Llevamos 12 años reclamando que se pueda cursar formación profesional de grado medio y superior de náutica en Ibiza. Los jóvenes con este tipo de conocimientos saldrían con trabajo enseguida y cobrando un salario muy por encima de la media. Mallorca ya tiene su sede y en Ibiza, pese a que disponemos del presupuesto necesario para llevarlo adelante (700.000 euros), no disponemos de un sitio físico para las clases y las prácticas. Nos lo debería proporcionar el Consell Insular y estamos a la espera de ver si podemos llevarlo adelante en Sa Coma, pero aún no hemos tenido una respuesta positiva.

El otro gran problema es que las Pitiusas son el único lugar de Balears donde las empresas de chárter no disponen de una zona propia de amarre, a precios razonables. Ahora se están pagando precios de mercado y eso nos resta mucha competitividad.