Son demasiadas las veces que comienzo mis artículos haciendo referencia a todos los cambios que nos rodean, quizás esto nos debería llevar a pensar que debemos cada vez más, incorporar a nuestra forma de actuar, la capacidad de ser mucho más flexibles y adaptables o cómo bien dice el título de hoy, convertirnos en personas dúctiles, los que no hace mucho jugábamos con nuestros hijos de pequeños nos viene a la cabeza la plastilina, que se convierte en un material sumamente dúctil, cuando hacemos referencia a este concepto.

Ser una persona dúctil, desde la perspectiva que lo voy a tratar, no conlleva para nada acomodarse de forma condescendiente sino que, cuando tratamos de incorporar esta capacidad a los profesionales que colaboran en nuestras organizaciones, vemos que nos encontramos ante una necesidad imperativa de adaptarnos de forma proactiva a las necesidades que nos demanda el entorno.

A cuantos de nosotros nos ha pasado que, en los últimos dos años, hemos visto a nuestro alrededor cómo, muchos profesionales no han sido capaces de adaptarse cómodamente a lo que el entorno y las organizaciones demandaban. Los tiempos y la actualidad nos exigen determinados cambios tanto como sea posible e incluso diría que necesario, lo cual no significa del todo renunciar a nuestros principios, pero si debemos dejar atrás un cierto inmovilismo que muchas veces vemos, e incluso dejar atrás frases cómo “siempre ha estado así y ha funcionado” porque nos dejará fuera de un mercado que evoluciona a una velocidad vertiginosa.

A lo largo de la historia si que hemos visto como las sociedades cambian por evolución o por necesidad, pero quizás, actualmente, todo va tan rápido y evoluciona de una forma muy precipitada e incontenible. Así que en este punto diría que adaptarse o morir… ¿no? Volviendo a nuestro título, se trata de forjar en cada uno de nosotros un pensamiento y una capacidad de hacernos más fuertes y resistentes ante los cambios, teniendo en cuenta que esta resistencia tiene que ver con ser capaces de convivir y reaccionar de forma positiva con lo que nos rodea.

Personalmente creo que nada volverá a ser cómo fue en el pasado, y menos aun volveremos a necesitar el mismo tipo de profesionales que nos servían hace poco más de diez años. La necesidad más grande con la que nos encontramos en los procesos de selección es justamente esta, incluso la necesidad de formar a los profesionales actuales con los que colaboramos es en este ámbito, dotarlos de las herramientas necesarias para que todos estos cambios inminentes que nos vienen encima.. ¿Cómo?

  • Incorporando la escucha activa... escuchar con todo mi ser de una forma activa para ayudarnos a tener claro qué y cómo debo hacer
  • Entendiendo que no existen pensamientos absolutos, evitar la rigidez en los pensamientos y dudar de todo aquello que nos evite posicionarnos de forma casi inmediata.
  • Potenciando la observación, de cara a poder incorporar también un pensamiento más analítico y de reflexión, frente a un pensamiento más imperativo.
  • Conociéndose a uno mismo, conocerse más para comprender y aceptar cómo nos afectarán todos estos cambios
  • Conectando con el ahora, vivir más el momento presente sin quedarse anclado ni en el pasado ni pensando el futuro más inminente, vivir las circunstancias de forma única

En fin, aunque al final el paso del tiempo arregla todo por si mismo le recomiendo que no deje que sea el tiempo el que le enseñe la realidad de lo que ocurre, permítase ser usted mismo el que desde la reflexión consiga llegar a aquello que quiera ser o que le convenga ser.