La inflación sigue siendo tema de mucha actualidad y al hilo de mi artículo '¿Qué Inflación?', publicado en la revista especializada 'Estrategias de Inversión' en marzo, continuaré con una serie de consideraciones con la intención de aportar más luz sobre este tema.

Primero, y contra aquellos que hablan de una inflación generalizada, yo precisaría que de las principales economías del mundo solo la americana ha superado ampliamente su objetivo de inflación para situarse en el 5% interanual (dato de mayo). La mayoría de bancos centrales tienen fijados sus objetivos de inflación alrededor del 2% y con datos interanuales de abril solo Alemania (2%) y España (2.2%) habían alcanzado esos niveles sin superarlos con holgura. Reino Unido (1.5%) y la Eurozona (1.6%) en su conjunto se mantenían algo por debajo y claramente por debajo teníamos a China (0.9%) y Francia (1.2%). ¡Mientras que Japón seguía mostrando datos deflacionarios del -0.6%!

Segundola inflación subyacente, donde excluimos la energía y los productos agrícolas no procesados, muestra una presión al alza mucho más moderada. Los bancos centrales trabajan sobre la inflación subyacente, que es la estructural, y mucho menos sobre la inflación corriente que es la coyuntural.

Tercero, en datos interanuales comparamos con la base de hace 12 meses, y en abril/mayo de 2020 la inflación estaba muy deprimida. Por ello, los datos actuales de inflación parecen más abultados consecuencia del llamado “efecto base”. De hecho, habiendo sido el 2020 con la pandemia un año tan atípico, cuando comparemos cualquier dato macroeconómico deberemos tener muy en cuenta este hecho e incluso podría arrojar más luz compararlos también con la base del 2019.

Cuarto, el exceso de ahorro amasado durante muchos meses de pandemia está ahora revitalizando el consumo privado que a su vez genera una carrera desenfrenada de las empresas a acaparar stocks en un momento en el que siguen habiendo problemas en las cadenas de suministro globales produciendo cuellos de botella que presionan al alza los precios. Este fenómeno debería normalizarse próximamente.

En algunos sectores como el de los semiconductores donde es líder mundial Taiwán, los problemas geopolíticos de la guerra fría II entre China y Estados Unidos están agravando los problemas de suministro y por consiguiente están presionando al alza los precios.

Y por último, y como aspecto clave para poder afirmar que la actual inflación es transitoria, basta analizar el mercado laboral. Con las elevadas tasas de desempleo actuales muy lejos de los niveles de ocupación prepandemia y que no se espera que los alcancen en menos de 2 o 3 años, la inflación actual no podrá sostenerse porque no existe la siempre peligrosa espiral entre subida de costes laborales y de precios.

Según la Organización Internacional del Trabajo este año tendremos 75 millones menos de puestos de trabajo respecto a los niveles prepandemia y en 2022 aun estaremos 23 millones por debajo, por ello será difícil que veamos presiones alcistas de los costes laborales. Esta idea se refuerza cuando analizamos el siguiente grafico donde podemos ver el desigual ritmo de recuperación económica (PIB per cápita) de los países a niveles prepandemia (ultimo trimestre del 2019) mostrando los años que necesitaran las diferentes economías para alcanzar de nuevo el crecimiento prepandemia.

Es revelador constatar que muchos países europeos necesitaran, según las estimaciones, tres años para volver a la misma renta per cápita del 2019, España cuatro.

Los datos mapeados muestran la recuperación del PIB de distintas economías