Hay directivos a los que parece que les agrade que les utilicen de pared de frontón. Todos los problemas pasan por ellos, rebotan cual pelotas y pasan a otros colaboradores. Son como un cruce inevitable. Hay que poner en práctica las técnicas que faciliten la coordinación entre los profesionales, buscando ellos, en equipos reducidos, las posibles alternativas que juntos propondrán al nuevo líder, no cada uno por su lado, culpando o excusándose en el otro. En definitiva, se trata de poner en práctica un método que permita y empuje a los profesionales a pedir y dar ayuda practicando juntos la innovación.

Una de las maneras de incentivar de forma práctica la coordinación que busca la «innovación constante», tanto entre departamentos que son o deberían ser clientes y/o proveedores internos, como dentro de cada departamento, sería pactando el método para lo cual hay que crear un clima participativo y de continuidad, gran oportunidad ante la escasez de recursos para dinamizar la innovación que significa un cambio de actitudes. Sin olvidar que para conseguir una amplia participación, debe existir una comunicación amable que facilitará una la comunicación eficiente.

El grupo para innovar es un número reducido de profesionales que se reúnen alrededor de una mesa donde cada opinión vale lo mismo; no hay jefes, sólo hay opiniones de igual valor que van a debatir bajo la cultura del conversatorio, con números y estadísticas. Pueden trabajar en la misma área o en diversas, consiguiendo así resolver los problemas interdepartamentales.

Para conseguir estos objetivos, es imprescindible que las personas que componen la empresa utilicen tanto su inteligencia relacional como la emocional, con la ventaja de que quien mejor conoce su trabajo es quien lo ejerce diariamente. No es el trabajo sobresaliente de un individuo lo que destaca, sino el esfuerzo combinado y acumulativo del todo el grupo.

Los grupos de innovación se denominan así porque buscan hacer las cosas bien a la primera, pero no sólo en cuanto al aspecto hasta ahora conocido de «fabricar» calidad, sino que también se persigue la calidad como la eficacia en el servicio al cliente, y sobre todo, este nuevo concepto de la eficacia en el servicio al compañero. Si este último aspecto se cumple, lo demás surge con facilidad, consiguiendo superar las barreras de los departamentos, situando la innovación en los objetivos de todos y de todo.

Para poder participar en un grupo de innovación deben aprenderse conocimientos de dinámica de grupos, conducción de reuniones, análisis ordenado (diagrama de la eficacia) y de selección de problemas. Técnicas que no deben asustar ni al menos preparado porque se aprenden con suma facilidad.

El programa de los grupos de innovación servirá como escuela, con ahorros económicos importantes y, a su vez, reducirá el riesgo del paso de un estilo de dirección autoritario a otro participativo. Esta evolución significa un mayor grado de compromiso de los trabajadores. Mi experiencia en la aplicación con éxito de los grupos es que en las reuniones creativas (brainstorming) se sacan a relucir cuestiones relativas a las relaciones intergrupos y prácticas de empresas.

Te puede interesar:

Desconfíe de los que solo traen problemas, crean crisis y murmuran. Son bisagras que rechinan, engráselas para que se integren al tsunami de la innovación.

Como siempre quedo a su disposición en dbiosca@educatur.com tanto en las coincidencias como en las discrepancias, para ayudarle a estar despierto.