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Fundadora de Bru&Bru

Ana Bru, llamada a ser la primera española en el espacio

Ana Bru, la fundadora de Bru&Bru, prevé que en año y medio será realidad su paseo suborbital

Ana Bru

"Yo siempre pruebo lo que recomiendo". Esa es la frase de presentación preferida de Ana Bru (1962), mujer de espíritu joven y emprendedor y que ha conseguido hacer lo que le gusta y lograr con su profesión proselitismo de ello. Está llamada a ser la primera mujer astronauta española tras adquirir hace más de 13 años su pasaje en los vuelos espaciales para civiles promovidos por el británico Richard Branson con su firma Virgin Galactic.

Se han hecho ya tres vuelos de prueba y Bru prevé que en año y medio será realidad su paseo suborbital personal. Y el de sus clientes, pues ella es la única agente de ventas de Virgin Galactic en España y Andorra. 

Bru abandonó la tradición industrial de su familia (¿les suenan los electrodomésticos Bru?) para enrolarse en el sector turístico, entendiéndolo como promotor de experiencias personales lejos del turismo de masas. Pero fue más allá de la contraposición entre turista y viajero en la búsqueda de aquello que quiere dibujar la existencia plena y por la que los clientes están dispuestos a diferenciarse del resto. Servicio exclusivo, mimo a los detalles y diferenciación. Elitismo viajero en forma de agencia de viajes BRU&BRU Exclusive Travel Designer.

Y para dar ejemplo, nada mejor que los viajes espaciales que van a causar furor, según su visión. Pero hace 13 años el asunto no parecía tan claro y Bru se sumó a un proyecto entonces incierto que a la postre ha sido según su opinión la mejor campaña de marketing personal y de su empresa que podría haber elegido.

Y para vender una experiencia espacial por unos 200.000 dólares lo mejor es aplicarse el axioma vital y ponerse el primero en la lista. "Con Virgin Galactic ha habido un antes y un después en mi vida", asegura cuando explica que es la representante de la empresa de Branson en España y Andorra. Ha vendido 15 pasajes al espacio, aunque dos de los clientes se han dado de baja por motivos médicos. El tiempo pasa y la cuenta atrás se aproxima. Asegura que el proyecto está vivo y que se ajusta como un guante a su carácter pionero. Ya hay unas 600 personas en el mundo que han reservado billete para salir al espacio con el avión de Virgin Galactic.

La primera prueba fue desplazarse al Centro Nacional de Captación e Investigación Aeroespacial (NASTAR) de Filadelfia. Debía probar y probarse a bordo del simulador Gyrolab. Se trata de un artilugio en el que es posible experimentar los efectos de las fuerzas de la gravedad y aceleración. Hace 13 años superó todas las pruebas físicas y espera volver a conseguirlo la próxima vez, antes del vuelo. 

"Desde el minuto uno quise humanizar todo el proyecto", explica con un punto de pasión y orgullo. "Lo que pagamos fue fruto de nuestro trabajo y el proyecto me interesa tanto a nivel personal como profesional, pero aparco todo el tema de frivolidad. Los viajeros son amantes del Planeta. Al final ha sido una campaña de marketing que tengo amortizada de sobra". 

En enero de 2019 vio el traje que llevará en su vuelo, enfundando a una modelo pero con su nombre en el pecho. Asegura Bru que el contacto con la organización es habitual. Esta misma semana recibió de Virgin Galactic unas gafas de realidad virtual para poder preexperimentar las sensaciones de ir en la cabina espacial. La nave Unity consiguió elevarse este mayo hasta más 86 kilómetros de altitud, saliendo así al espacio, a ese umbral en el que tanto de día como de noche es posible asomarse al infinito espacial.

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