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Íker Barricat (Adecco): "Las empresas van con cautela en los contratos de esta campaña de verano"

Entrevista a Íker Barricat, director general de Adecco - "El SEPE tiene que modernizarse y debe apoyarse en nosotros para reducir las altas tasas de paro"

Adecco es una de las principales empresas de trabajo temporal que operan en España. Su director general, Íker Barricat, explica que las contrataciones han vuelto a reactivarse con cierta timidez para la campaña de verano, aunque el mercado laboral español todavía tardará en volver a los niveles prepandemia. Ve con buenos ojos la simplificación de los contratos que plantea el Gobierno e insta al SEPE a apoyarse en el sector privado para reducir las altas tasas de paro que arrastra desde hace décadas el mercado laboral español.

¿Cuándo recuperaremos los niveles de empleo previos al covid?

Si algo nos ha enseñado el covid es que es muy difícil hacer previsiones. La recuperación del empleo va a depender de que seamos capaces de avanzar en la vacunación. Difícilmente este año vamos a llegar a los niveles precovid. Nuestras estimaciones son que acabaremos el año con una tasa de paro del 16%, algo por debajo de la actual. Y que a lo largo del 2022 bajará al 15,5%.

¿Cómo irá la campaña de verano?

Espero una situación mejor de la que hemos vivido este primer trimestre. Teníamos unas mejores perspectivas, pero debido a los confinamientos hemos visto ralentizada la recuperación que iniciamos en el segundo trimestre del 2020. Esa incertidumbre provoca que las empresas vean con cierta cautela esa campaña de verano.

¿España está condenada a tener una tasa de paro de dos dígitos?

Me niego a pensarlo. También es verdad que si no afrontamos el problema de la alta tasa de paro y la alta tasa de temporalidad de manera diferente a como lo hemos enfocado durante los últimos 20 años seguiremos teniendo los mismos resultados. Al final, quien crea empleo son las empresas y hemos de crear un mercado de trabajo flexible, para que puedan disponer de trabajadores en función de su demanda; aunque también hemos de dar seguridad a los trabajadores y cierta garantía de estabilidad.

¿Cómo se combinan esos dos conceptos?

En Francia, por ejemplo, tienen un tipo de contrato que permite a las empresas de trabajo temporal contratar a personas con carácter indefinido, para luego ponerlas a disposición de las empresas en función de cuando necesitan esos trabajadores.

¿Encajaría esa propuesta en el nuevo modelo de ertes que ha anunciado el Gobierno?

Todo modelo que dé estabilidad a los trabajadores y a la vez fomente su formación es un modelo al que hemos de avanzar. Diferentes estudios dicen que el 54% de los empleados pierde las habilidades que necesita para desarrollar su trabajo con garantías cada tres años. Tenemos que huir de modelos formalistas, como los famosos cursos de formación, o modelos presencialistas. E ir más al aprendizaje a través de la experiencia. No es solo combinar el erte con la formación, sino cómo aplicamos esa formación.

¿Está preparado el SEPE?

El SEPE tiene que modernizarse y tenemos que invertir en ello. Otra cosa que podemos aprender de nuestros vecinos europeos es que la colaboración público privada es una alternativa para garantizar que se gestionan los recursos públicos de la forma más eficiente. El SEPE tiene que avanzar y apoyarse en empresas como nosotros para poder reducir las actuales tasas de paro.

¿Ya están negociando con el Gobierno esa colaboración?

Estamos en conversaciones para ver cómo podemos ponernos a disposición de las instituciones, pero a día de hoy no tenemos nada concreto cerrado.

¿Cómo debería financiarse esa colaboración? ¿Un fondo tripartito entre Estado, empresas y trabajadores sería una opción?

Sí, perfectamente. Hay diferentes alternativas, lo importante es consensuar cómo garantizamos la empleabilidad de las personas y reducimos la tasa de paro. Si luego eso tiene que ser financiado de manera tripartita o solo a través de recursos públicos es secundario.

La reforma de las políticas activas de empleo vuelve a estar encima de la mesa, ¿qué errores no pueden volver a cometerse?

El punto fundamental para mí es la apuesta por la formación de las personas. Las crisis siempre acaban afectando más a las personas con menor capacitación y formación. Y un antídoto es tratar de invertir para formar y capacitar a nuestra fuerza laboral.

Más de la mitad de la población en edad de trabajar no tiene un nivel de formación adecuado a lo que demanda el mercado. Una parte está sobre capacitada, en la parte media hay baja capacitación y los menos cualificados son los que más están sufriendo la crisis.

¿Cómo corregirlo?

Hay que reubicar a las personas hacia esa franja central, con más formación profesional. Y aquí pueden servirnos los fondos Next Generation.

Antes ha destacado la formación práctica, no tanto la teórica. ¿Cómo se consigue?

Por un lado, desarrollando la FP dual, que en el caso español es muy limitada. Y, por el otro, impulsando el contrato formativo, que actualmente está infrautilizado por los requisitos que tiene. Es inaceptable que el 40% de nuestros jóvenes estén en desempleo, eso tiene que cambiar radicalmente.

Afirma que quien crea empleo son las empresas. ¿Alguna responsabilidad tendrán en ese 40% de paro juvenil?

Decir que las empresas no están siendo capaces de atraer ese empleo joven me parece injusto. Hemos de ser capaces de construir los mecanismos que faciliten esa incorporación. Gran parte de esos jóvenes abandonan prematuramente los estudios y necesitan acceder a otro tipo de formación.

Reconducirlos al mercado de trabajo no es tan fácil y aquí las empresas de trabajo temporal jugamos un papel clave. Porque somos una pasarela al empleo indefinido. Un tercio de nuestros trabajadores acaban siendo contratados como indefinidos en las empresas donde trabajan.

Ha mencionado a los jóvenes, pero una parte importante de esas bolsas de desempleo tiene de 45 años para arriba. ¿Les valen las mismas fórmulas que plantea?

Sí. Hemos de empezar a entender el proceso de formación como algo permanente y en eso no estamos suficientemente maduros. Aquellas personas que hoy tienen 45 años y que llevan 15 años desempeñando las mismas tareas, tenemos la obligación de formarlas. Y de construir un modelo contractual que les permita reengancharse.

¿Ve el contrato de formación como una opción para los seniors en paro?

¿Por qué no? El contrato formativo busca que una persona se incorpore al mercado de trabajo y adquiera unas capacidades. Que tenga una edad u otra no importa.

¿El Gobierno debe obligar a una formación mínima cada año?

La formación obligatoria tiene sus limitaciones. Creo que es importante que, además de eso, tenemos que revisar el modelo formativo actual y cómo gastamos los fondos que tenemos para ello. Que son muchos y que quizás podemos maximizar.

Una de las reformas del Gobierno es la simplificación del abanico de contratos a tres: indefinido, temporal y formativo. ¿Qué opina?

La clave es cómo defina el Gobierno cada una de las tipologías. Si aumentan los costes o reduce la flexibilidad de las empresas para recurrir a ellas sí pueden frenar la contratación. Sobre la temporalidad hemos de hacer un uso razonable y ordenado. Reforzar la causalidad es bueno, pero las empresas necesitan una cierta flexibilidad.

¿Servirá para reducir la temporalidad?

Una parte importante de esos contratos temporales no se hacen a través de las empresas de trabajo temporal, a diferencia de lo que ocurre en otros países. En Europa se da la aparente paradoja de que donde hay mayores índices de penetración de las empresas de trabajo temporal, hay menos temporalidad. Y luego no hemos de olvidar que los mayores índices de temporalidad están en el sector público, con tasas del 30%.

¿Defiende el contrato único?

Soy más partidario de la simplificación a tres contratos. El contrato único no veo que responda bien a las circunstancias de nuestra economía, con alta estacionalidad en algunos de sectores.

Otra reforma que el Gobierno ha planteado es que en las subcontratas no se pueda pagar por debajo del convenio sectorial. ¿Está a favor?

Hace tres años en Adecco decidimos aplicar los convenios del sector en las externalizaciones. Estamos a favor de los convenios de empresa, pero no estamos a favor de aprovecharlos para hacer dumping salarial. La externalización tiene que servir para aportar valor añadido y eficiencia, no podemos competir a través de los salarios. Estamos absolutamente tranquilos.

¿Sería partidario de volver a una ultra actividad indefinida?

En la negociación colectiva las partes deben tener interés por alcanzar acuerdos y para eso la ultraactividad indefinida no es buena. El modelo actual es revisable, pero en el término medio está la virtud.

Otro debate que despunta es la jornada laboral de 32 horas, ¿lo ve factible en España?

Con las actuales cifras y las previsiones que tenemos de paro y personas en erte creo que nuestra principal preocupación tiene que ser crear empleo. Y una vez hecho esto podemos debatir de otros temas. No sé qué pasará de aquí a 10 años, pero en los próximos cinco no lo veo factible en las empresas españolas.

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