Sector bancario

El semáforo de la concentración bancaria en Cataluña pasará a rojo si prospera la opa BBVA-Sabadell

La CNMC destaca que el nivel en el conjunto de España seguirá siendo amarillo, pero admite un impacto particular en determinados territorios

El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila (d), y el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu (i), durante la ceremonia de toma de posesión del nuevo gobernador del Banco de España, en el Banco de España, a 24 de septiembre de 2024, en Madrid (

El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila (d), y el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu (i), durante la ceremonia de toma de posesión del nuevo gobernador del Banco de España, en el Banco de España, a 24 de septiembre de 2024, en Madrid ( / Alberto Ortega - Europa Press - Archivo

Pablo Allendesalazar

Pablo Allendesalazar

Madrid

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó la oferta de compra (opa) del BBVA sobre el Sabadell porque estima que los compromisos que pactó con la entidad de origen vasco para mitigar sus impactos negativos son "adecuados, suficientes y proporcionados". Con todo, del informe provisional sobre la operación que ha publicado este viernes se deduce que, si bien la integración mantendría el semáforo de la concentración bancaria en el conjunto de España en el nivel amarillo en que lleva instalado desde 2019, en el caso del mercado catalán pasaría al grado rojo que indica un nivel potencialmente peligroso para el buen funcionamiento de la competencia. 

El Banco Central Europeo (BCE) mide el nivel de concentración de la banca del continente a partir del índice Herfindahl e Hirschman (HHI), utilizado por los principales organismos de defensa de la competencia del mundo para analizar la situación de un mercado y aprobar o no operaciones de fusión. Se calcula elevando al cuadrado la cuota de mercado de cada empresa y sumando esas cantidades, con lo que se da más peso a las compañías más grandes. Un valor máximo de 10.000 implica un monopolio. Como regla general, el BCE estima que un nivel inferior a 1.000 supone una baja concentración, mientras que una cota de entre 1.000 y 1.800 la considera de concentración media, y por encima de 1.800 la ve de alta concentración

En su informe, la CNMC destaca que, de salir adelante la opa y con datos del cierre de 2023, el índice de concentración "no supera los umbrales establecidos por la Comisión Europea" en el conjunto de España. La normativa de competencia europea del 2004, en este sentido, es diferente a la del BCE y entiende que un nivel inferior a 2.000 no es alarmante. Así, apunta que "es improbable que la Comisión encuentre problemas de competencia" en una fusión que dé lugar a un nivel de entre 1.000 y 2.000 con un incremento del índice inferior a 250, o de más de 2.000 con un aumento de menos de 150

Territorios concretos

En el caso del crédito bancario, la integración BBVA-Sabadell llevaría el índice de concentración a 1.408 con un incremento de 222, según la CNMC. Sin embargo, el informe reconoce que los umbrales "problemáticos" a ojos de Bruselas -también del BCE- sí se traspasarían en Catalunya (2.271 con alza de 610). Algo similar sucedería en la Comunidad Valenciana (1.528 y 304), así como a nivel provincial en Barcelona (2.649 y 698), Lleida (1.568 y 454) y Alicante (1.504 y 326).

En el caso de los depósitos sucede algo parecido: el índice de concentración español no superaría los niveles de riesgo de Bruselas y el BCE (1.508 con alza de 187), pero sí lo haría en el conjunto de Catalunya (2.622 y 442), así como en las provincias Barcelona, Lleida, Tarragona y Alicante y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Un caso particular, dada la transcendencia política y social que ha tenido, es el del crédito a las pymes, donde la concentración en el conjunto de España sí superaría los umbrales de la Comisión Europea, si bien no los del BCE. Así, la operación supondría que la concentración en ese segmento se situase en 1.656 con un incremento de 293. Además, la situación sería especialmente problemática en Catalunya (2.334 y 570) y Baleares (3.180 y 550), así como en Barcelona (2.720 y 629) y Lleida (2.074 y 694). Además, la autoridad catalana de competencia calculó una evolución aún peor (2.820 y 757), si bien la CNMC lo achaca a que utiliza datos de 2022 en lugar de 2023. 

Sucursales

En cuanto a las sucursales, la evolución nacional es más positiva (índice de 1.063 con alza de 136), pero de nuevo es potencialmente peligrosa en Catalunya (2.658 y 555) y, por provincias, en Alicante (1.674 y 518), Barcelona (2.537 y 635) y Tarragona (3.230 y 465). En vista de ello, la CNMC decidió realizar un análisis más detallado. De ello concluyó que, a nivel municipal, la operación no generaría ningún monopolio, pero sí 48 duopolios, y que la nueva entidad tendría una cuota superior al 50% en 96 municipios. 

Con aún más detalle, concluyó que en 543 códigos postales se generarían potenciales problemas de competencia (en 447 se superaría un índice de concentración HHI de 2.000 con un alza de más de 150, mientras que en otros 96 se superaría el 1.000 con un incremento superior a 250). "Tras la concentración existirán 72 códigos postales en los que la cuota conjunta es igual o superior al 50%, quedando un solo competidor o ninguno. En concreto, tras la ejecución de la operación, siete códigos postales se convertirán en monopolios, 65 en duopolios y en 96 se enfrentará a dos competidores", expone el informe.

La CNMC considera que todos estos riegos han quedado solventados con los compromisos que pactó con el BBVA, que van desde la permanencia de sucursales en determinados municipios al mantenimiento del volumen y las condiciones del crédito para pymes, particularmente en Catalunya y Baleares. Está por ver, con todo, qué indicencia pueda tener su análisis en el Consejo de Ministros, que tiene hasta el 27 de junio para decidir si impone a la operación condiciones adicionales por criterios distintos a la defensa de la competencia, entre los que ha citado la "cohesión territorial".

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