Fiscalidad

La subida de impuestos asentada por Sánchez ya empata con la que impulsó Rajoy

La decisión de no corregir la inflación en el impuesto sobre la renta se ha convertido en la principal palanca para un incremento estructural de la presión fiscal en España a futuro

Pedro Sánchez conversa con Mariano Rajoy, en presencia de la expresidenta del Congreso, Ana Pastor, en la capilla ardiente por Alfredo Pérez Rubalcaba.

Pedro Sánchez conversa con Mariano Rajoy, en presencia de la expresidenta del Congreso, Ana Pastor, en la capilla ardiente por Alfredo Pérez Rubalcaba. / EFE/J.P. Gandúl

Rosa María Sánchez

Rosa María Sánchez

Una cosa es lo que dicen los boletines de recaudación de la Agencia Tributaria: los impuestos han bajado en 13.565 millones desde 2019 (con Pedro Sánchez en La Moncloa) hasta noviembre de 2024 (último dato disponible).

Otra cosa es lo que dicen los datos depurados: los impuestos han bajado 9.588 millones de euros con Pedro Sánchez en La Moncloa. A esta cifra se llega, básicamente, después de asignar a Mariano Rajoy efectos recaudatorios de decisiones de su Gobierno, que se manifestaron después. También incluye los gravámenes extraordinarios sobre banca y energéticas (que no son impuestos, en sentido estricto).

De un modo u otro, a primera vista, los seis años que Pedro Sánchez acumula en la Moncloa se saldan con una relevante rebaja de impuestos, igual que pasó en la etapa de José María Aznar (del PP, que bajó los impuestos en unos 13.000 millones) y en la de José Luis Rodríguez Zapatero (del PSOE, con otra rebaja de casi 13.000 millones). No fue el caso de Mariano Rajoy (PP), que propició la que, hasta ahora, sigue siendo la mayor subida de impuestos de la historia (por más de 13.500 millones).

Pero hay una tercera cuestión, que resulta si se separa el grano de la paja. Si se dejan a un lado las medidas transitorias en materia de impuestos y las de gestión. Si solo se tienen en cuenta las medidas permanentes. Y si, además, se suma la subida invisible y para siempre de impuestos que ha dejado la inflación y la decisión del Gobierno de no corregirla en el impuesto sobre la renta. Entonces, la subida de impuestos asentada para el futuro por Sánchez ya empata con la que impulsó Rajoy, por encima de los 13.000 millones de euros. No en vano, uno de los objetivos de los Gobiernos presididos por Sánchez ha sido la equiparación de la presión fiscal en España con la de la zona euro, que aún es 3,6 puntos de PIB superior a la española.

Medidas transitorias

Desde mediados de 2021, para mitigar los efectos de la inflación, el Gobierno empezó a adoptar rebajas fiscales sobre energía y alimentos cuya cuantía llegó a situarse en el entorno de los 11.200 millones en cómputo anual. Ya se han revertido parte de ellas (2.789 millones, con datos hasta noviembre), pero aún hay rebajas fiscales vivas en energía y alimentos por unos 8.400 millones. El propósito del Gobierno es terminar de desmantelar todas ellas en 2025.

Por eso, si se dejan en un cajón aparte las medidas transitorias contra la inflación de la energía y los alimentos y solo se tiene en cuenta la combinación de subidas y bajadas duraderas de impuestos adoptadas por el Gobierno de Sánchez, el resultado para el periodo muestra una ligera subida estructural de impuestos, en el entorno de los 2.500 millones. Por una parte, esta cifra tiene en cuenta la rebaja del IRPF decidida por el Gobierno para compensar los efectos de la inflación solo en los salarios más bajos (un recorte de 3.051 millones acumulados en 2023 y 2024). En sentido contrario, también incluye la recaudación obtenida por los gravámenes temporales sobre banca y energéticas (+2.859 millones, en cómputo anual).

Impacto de inflación

Ahora bien, si además de las decisiones de política tributaria publicadas en el BOE se suma el efecto de no haber corregido en el impuesto sobre la renta el impacto total de la inflación (el Banco de España atribuye a la inflación una recaudación extra en el IRPF de 11.000 millones en 2019-2023), la conclusión es la de una subida fiscal propiciada por Sánchez que se podría situar en más de 13.000 millones de euros. Así, se podría decir que, la subida de impuestos asentada por Sánchez ya empata con la que impulsó Rajoy.

Ciertamente, con las medidas fiscales antiinflación en energía y alimentos (11.200 millones, en cómputo anual), el Gobierno ha devuelto a los consumidores una cuantía superior a la que los contribuyentes del impuesto sobre la renta habrían pagado de más desde 2019 por la decisión de Hacienda de no adecuar la tarifa del impuesto y sus deducciones al alza de los precios. La cuestión es que, mientras que estas medidas antiinflación desaparecerán en su práctica totalidad ya en 2025, el efecto del IPC en el impuesto sobre la renta permanecerá enquistado para siempre.

Los cambios publicados en el Boletín Oficial del Estado...

En realidad, si se observan solo las medidas estructurales de subidas y de bajadas de impuestos que ha ido adoptando el Gobierno de Pedro Sánchez en los sucesivos Presupuestos, leyes o decretos publicados en el Boletín Oficial del Estado (BOE), el resultado es una subida neta de impuestos de unos 2.500 millones de euros hasta 2024.

En 2021 y 2022 se produjo una subida fiscal de unos 2.600 millones. Fue impulsada por un incremento de tipos en el IRPF, por el alza del impuesto sobre primas de seguros, por los nuevos tributos sobre transacciones financieras y servicios digitales, por una subida del tipo aplicable sobre bebidas azucaradas y edulcoradas, por la modificación en los límites de las aportaciones a planes de pensiones o por la mayor fiscalidad de las Socimi (sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria).

En 2023 y 2024, las medidas implementadas a través de los Presupuestos y de sucesivos decretos dan como resultado una rebaja neta de impuestos por unos 153 millones. Por un lado se ha aumentado la reducción en el IRPF por rendimientos el trabajo. También se han ampliado las deducciones por maternidad, por rehabilitación de vivienda, por compra de coches eléctricos o por gastos de difícil justificación para autónomos. Además, se ha reducido el tipo del impuesto de sociedades para las pymes. Pero, por otro lado, se ha endurecido la compensación de pérdidas en el impuesto de sociedades, se ha creado el nuevo impuesto temporal de solidaridad de las grandes fortunas y han puesto en marcha los gravámenes sobre banca y energéticas, así como el impuesto especial sobre los envases de plástico y el tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades.

A esto habrá que añadir las subidas de impuestos en marcha (algunas ya aprobadas por el Congreso), con las que el Gobierno ha convencido a Bruselas de obtener una recaudación adicional anual equivalente al 0,3% del PIB a partir de 2025 (unos 4.500 millones de euros), si bien el Gobierno no ha publicado aún la memoria recaudatoria de estos cambios.

Subir la presión fiscal es algo que va a favor de los propósitos políticos del Gobierno que preside Pedro Sánchez. Uno de los objetivos de su política tributaria es el de ir acercando la presión fiscal española (37% del PIB en 2023) a la de la media de la zona euro (40,6%), que se sitúa casi cuatro puntos por encima.

...y los no publicados en el BOE

Pero, sobre todo, la carga fiscal sobre los contribuyentes ha aumentado en estos años por lo que no se ha publicado en el BOE: por la decisión del Gobierno de no corregir el efecto de la inflación en el impuesto sobre la renta de trabajadores, ahorradores y autónomos. El Banco de España ha calculado que ello ha reportado unos ingresos adicionales de 11.000 millones de euros desde 2019.

Así se podría llegar a un cálculo de que las decisiones del Gobierno de Sánchez han determinado, hasta ahora, un aumento estructural de la recaudación de impuestos en España por unos 13.500 millones de euros. Se trata de una cifra similar a la que propiciaron las medidas adoptadas por Mariano Rajoy durante sus seis años de mandato. Ciertamente, Rajoy tampoco corrigió ningún año el efecto de la inflación en el IRPF, pero entonces, en plena recesión, la inflación era mucho más baja -con tasas negativas, incluso- y, además, el gobierno del PP quiso compensarlo en su última etapa con una rebaja fiscal que desplegó sus efectos entre 2015 y 2019.

Chequeo de las subidas y bajadas de impuestos de los 25 últimos años

Desde 1999 (primer informe anual de recaudación que ofrece la AEAT en su página web) hasta 2003, los gobiernos de Aznar favorecieron una rebaja fiscal de 13.000 millones, concentrada, sobre todo en el impuesto sobre la renta.

En el periodo entre 2004 hasta 2011, los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero acometieron primero una fortísima rebaja fiscal (“Bajar impuestos también es de izquierdas”, llegó a proclamar entonces el presidente socialista) que luego tuvo que ser revertida, en parte, para compensar el hundimiento de los ingresos que provocó el estallido de la crisis financiera. Con todo, estos ocho años de gobiernos socialistas de Rodríguez Zapatero se saldaron con una rebaja neta de impuestos por otros 13.000 millones de euros, según los datos de los sucesivos informes de recaudación de la AEAT.

En 2012 y 2013 el gobierno de Mariano Rajoy impulsó la mayor subida fiscal de la historia (de más de 23.000 millones), solo corregida en parte en la última parte de su mandato. Sus seis años y medio en la Moncloa se saldaron con una subida neta de impuestos de algo más de 13.500 millones.

Ahora, los datos de los informes de recaudación colocan a Pedro Sánchez en el mismo grupo que Aznar y Rodríguez Zapatero, en tanto que presidente que ha promovido una rebaja neta de impuestos (de unos 13.565 millones , que se reducen a unos 9.600 millones si se depuran los datos de la AEAT) en los algo más de seis años que ocupa La Moncloa. Sin embargo, la decisión de Sánchez de no corregir la inflación en el impuesto sobre la renta ha colocado ya a Sánchez en el mismo club que Mariano Rajoy, con una subida estructural de impuestos por encima de los 13.000 millones de euros.

 

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