La junta de accionistas del Sabadell ha aprobado este jueves la reelección de Josep Oliu como consejero de la entidad y, por tanto, su continuidad como presidente no ejecutivo, que deberá ser ratificada ahora en el próximo consejo de administración. Una decisión con la que Oliu seguirá otros cuatro años más al frente del banco con sede en Alicante, en un cargo que ocupa desde el año 1999.

El propio Oliu ha defendido su continuidad durante su intervención inicial ante la junta. "Con esta reelección reitero mi largo compromiso, que lo ha sido también de mi familia -su padre, Joan Oliu, ya fue directivo de la entidad- con el banco y con sus accionistas", ha afirmado, antes de recordar la evolución de la entidad en estos años, en los que el Sabadell "ha logrado convertirse en uno de los referentes de la banca española a nivel internacional, partiendo de ser una sólida entidad fundamentalmente regional", según sus propias palabras.

En la misma línea, el banquero ha señalado que los próximos años van a ser "fundamentales" para la consolidación del Sabadell, por lo que espera "poder contribuir como hasta ahora, con mi mejor saber al servicio de los clientes y los accionistas".

Oliu, en un momento de la junta del Sabadell celebrada en el ADDA. DAVID REVENGA

Nacido en Sabadell en 1949, Josep Oliu entró a formar parte del consejo de administración del Sabadell en 1990 y desde 1999 ocupa la presidencia. Después protagonizar una etapa de fuerte crecimiento gracias a la absorción de otras entidades -entre ellas, la CAM-, Oliu renunció a las funciones ejecutivas de su cargo en diciembre de 2020 en favor del nuevo consejero delegado, César González-Bueno, tras frustrarse la fusión del banco con el BBVA. Desde entonces ejerce de presidente no ejecutivo.

Solidez del balance

Más allá de su nombramiento, Oliu ha reivindicado este jueves la "solidez y el equilibrio" del balance de la entidad para hacer frente a las turbulencias del mercado -como las provocadas por la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y la situación de Credit Suisse- al tiempo que ha cargado contra el nuevo impuesto a la banca, que ha calificado de "injusto" y "discriminatorio" para el sector.

Tras calificar de "muy bueno" el pasado ejercicio, en que la entidad ganó 859 millones, un 62% más, el banquero ha recordado el revés que supuso el estallido de la guerra de Ucrania, que disparó la inflación y frenó el crecimiento económico. Una situación que llevó a los bancos centrales de todo el mundo a elevar los tipos de interés de manera acelerada, lo que ha conducido a lo que ha calificado como "episodios de inestabilidad", en referencia a lo ocurrido con el SVB y Credit Suisse.

Sin embargo, como ya hizo este miércoles durante un encuentro con la prensa previo a la junta, Oliu ha insistido en minimizar el posible impacto de las turbulencias en la banca española y, en particular, en el Sabadell. "La solidez y el equilibrio de nuestro balance, al igual que las perspectivas de beneficios que contemplamos, nos permiten vivir los movimientos de inquietud general de los mercados de estos últimos días desde una posición de fortaleza y seguridad", ha asegurado el catalán.

Así, pese a la incertidumbre, ha señalado que el banco mantiene su objetivo de "alcanzar una rentabilidad sostenida, superando el coste de capital y bajo un contexto de tipos de interés normalizados en niveles cercanos a los del presente". De esta forma, ha insistido en que el Sabadell parte "con unas perspectivas muy positivas para el año 2023" y que la "solvencia y equilibrio de riesgos" de su balance sitúan al banco "en buena posición para afrontar los retos que puedan aparecer".

Parte de los asistentes a la junta del Sabadell. DAVID REVENGA

Impuesto a la banca

En este contexto, Josep Oliu se ha referido al nuevo impuesto que el Gobierno va a aplicar durante dos años a los beneficios de la banca y las energéticas. Un impuesto que ha calificado de "injusto" por "discriminar a los ahorradores que invierten en acciones bancarias frente a los que invierten en acciones de otros sectores, igualmente beneficiados o perjudicados por los cambios macroeconómicos".

"Los accionistas bancarios hemos sufrido durante 10 años las consecuencias de una política monetaria extraordinaria, que ha llevado nuestras rentabilidades a niveles insuficientes para poder remunerar adecuadamente el capital invertido", ha recordado, en referencia a la situación de tipos negativos de los últimos años. Por eso ha justificado la decisión del Sabadell de recurrir el impuesto.

Para reforzar sus argumentos, Oliu ha recordado el esfuerzo realizado por las entidades durante la crisis del covid para facilitar la llegada de liquidez a familias y empresas, o el papel que juega el sector en la distribución de los ICO.

El banco tiene prestados 325 millones en startups

Ante las preguntas de uno de los accionistas, el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, ha señalo que el riesgo crediticio que el banco tiene asumido con startups es muy limitado y asciende a 325 millones de euros. Es decir, sólo uno de cada 500 millones que la entidad tiene prestados es con este tipo de compañías emergentes. En cualquier caso, González-Bueno ha recordado que el problema del Silicon Valley Bank, especializado en este tipo de clientes, no fueron los impagos de los préstamos, sino que estas startups empezaron a retirar sus fondos masivamente de las cuentas de la entidad, una situación que no está ocurriendo en el Sabadell y que tampoco tendría la misma repercusión, según la recalcado el ejecutivo.

Optimismo

Por su parte, el consejero delegado del banco, César González-Bueno, se ha mostrado optimista sobre la evolución de la entidad, a pesar de las últimas turbulencias. "El banco está fuerte, tiene unas prioridades de gestión bien enfocadas y sigue una hoja de ruta estratégica bien definida", ha asegurado ante los accionistas.

El CEO del Banco Sabadell, César González-Bueno. DAVID REVENGA

Tras repasar los principales datos del ejercicio, en los que ha destacado la contribución de la transformación digital a la mejora de los resultados, González-Bueno se ha sumado a los mensajes tranquilizadores de Oliu sobre la situación del sector y de la entidad. "La solvencia y la liquidez de los bancos españoles, en general, y de Banco Sabadell, en particular, están fuera de toda duda", ha defendido. "Lógicamente, seguimos muy de cerca la evolución de los episodios actuales, pero desde la tranquilidad que nos da nuestra posición de fortaleza", ha añadido.

Además, ha anticipado que la rentabilidad del banco seguirá mejorando en 2023 y, por tanto, aumentará la creación de valor para el accionista.

Dividendo

Por otro lado, la junta también ha aprobado la incorporación como nuevo consejero independiente de Pere Viñolas, actual CEO de Colonial, que sustituirá a Anthony Frank Elliott, tras su renuncia a seguir en el consejo de administración del banco. Igualmente, ha dado luz verde al pago de un dividendo complementario de dos céntimos por acción, que se suma al dividendo a cuenta de otros dos céntimos repartido en diciembre de 2022. Además, también ha autorizado la puesta en marcha un programa de recompra de acciones por importe de hasta 204 millones, con lo que en total destinará el 50% de su beneficio a retribuir a los accionistas.

Las quejas de la plantilla acaparan las intervenciones en la junta

Los representantes sindicales han acaparado la mayor parte de las intervenciones de los asistentes a la junta general de accionistas, en las que han trasladado el malestar que, según han señalado, existe entre la plantilla por las sobrecargas de trabajo o la pérdida de poder adquisitivo que han sufrido con la inflación. Así, representantes de CC OO, La Intersindical, el Sindicato Alta y UGT han lamentado la situación en la que han quedado muchas oficinas tras los últimos recortes -que supusieron una reducción del 22% de la plantilla-, y también han denunciado que muchos trabajadores sufren en la práctica una congelación de sus salarios, ya que las subidas de los últimos años han sido compensadas y absorbidas en los complementos que cobran.

Tanto el consejero delegado del banco, César González-Bueno, como el presidente de la entidad, Josep Oliu, han reconocido la aportación de los trabajadores a la mejora de la situación y han señalado su voluntad de llegar a acuerdos para mejorar las condiciones de la plantilla, aunque han recalcado que para ello es necesario mejorar e, incluso, incrementar la rentabilidad del negocio. En este sentido, Oliu ha apuntado que el banco va por el buen camino, pero aún no ha alcanzado el 12% de rentabilidad ROTE en que se estima el coste de capital, es decir, las ganancias que demandan los inversores.

Por otro lado, también han intervenido dos representantes de la organización Banca Armada, que reclaman que las entidades dejen de financiar a empresas implicadas en la fabricación de armas y "la militarización de las fronteras". Oliu ha recordado que el banco no financia a empresas que fabriquen armas prohibidas por los tratados internacionales.