Banca

¿Por qué ha quebrado el Silicon Valley Bank (SVB)? ¿Puede pasar lo mismo en España?

Las claves de un desenlace que ha hecho temer por la estabilidad de los bancos de todo el mundo

¿Por qué ha quebrado el SVB y qué han hecho las autoridades para evitar el contagio?

¿Por qué ha quebrado el SVB y qué han hecho las autoridades para evitar el contagio?

Pablo Allendesalazar

La intervención del Silicon Valley Bank (SVB) por las autoridades estadounidenses ha despertado una ola de temor en las bolsas mundiales (-3,51% el Ibex 35). Pesa en el ánimo de los inversores el fantasma de la anterior Gran Crisis Financiera, en cuyas primeras fases se minusvaloró la dimensión de los problemas. El tamaño del banco y su importancia en el sistema financiero del país, con todo, no es comparable al de las entidades que quebraron entonces, como tampoco lo son las causas que están detrás de su caída ni la situación general del sector bancario. Además, su estructura de negocio y de balance es completamente diferente a la de las entidades españolas, con lo que hoy por hoy resulta difícil pensar que una situación similar podría repetirse en el país. El único pero, eso sí, es que las crisis financieras se sabe cómo empiezan pero no cómo acaban, porque sus ramificaciones son imprevisibles. El escenario central, en cualquier caso, no hace probable por ahora un contagio masivo.

¿Qué es el Silicon Valley Bank?

El Silicon Valley Bank (SVB) es un banco fundado en 1983 en Santa Clara (California) por dos directivos de Bank of America, que según algunas fuentes tuvieron la idea de crear la entidad durante una partida de póquer. Al cierre del año pasado, era el décimosexto mayor banco comercial de Estados Unidos, con 209.000 millones de dólares en activos y 175.400 millones en depósitos, más de 8.500 empleados y 17 oficinas en California y Massachusetts, además de contar con presencia en Reino Unido, Europa, Asia y Oriente medio. La entidad estaba especializado en 'start ups' tecnológicas y firmas de capital riesgo dedicadas a invertir en empresas innovadoras y de salud. Se trata del primer banco comercial intervenido en Estados Unidos desde el pequeño Almena State Bank de Kansas en octubre de 2020 y el segundo mayor de su historia, solo por detrás del Washington Mutual en 2008 (Lehman Brothers, también en 2008, era en realidad un banco de inversión, más similar a lo que en España sería una sociedad de valores).

¿Por qué ha caído el banco?

Su caída es una derivada de la fuerte subida de tipos oficiales (al 4,5-4,75%) con la que la Reserva Federal está combatiendo la espiral inflacionista en Estados Unidos, si bien la causa principal es la falta de previsión de los gestores del banco. Así, los depósitos que los clientes tenían aparcados en el banco se han más que duplicado en los dos años posteriores a la pandemia del coronavirus, que elevó fuertemente los ingresos de las tecnológicas. La entidad dedicó los recursos que obtuvo a comprar deuda pública del Tesoro estadounidense, que ha llegado a suponer más de la mitad de su activo. El problema es que cuando suben los tipos, el interés de la deuda pública también sube pero su precio baja, con lo que el banco se encontró en posesión de unos activos que han perdido buena parte de su valor respecto al precio que pagó por ellos. 

¿Cuál fue el detonante de su caída?

El valor de su cartera de deuda pública, así, había bajado en 15.000 millones de dólares al cierre del año pasado, unas pérdidas enormes que equivalían prácticamente a su capital (16.200 millones). Sin embargo, se trataba de unas minusvalías latentes, es decir, que mientras no tuviese que vender la deuda, no sufriría esos números rojos y, de hecho, no los sufriría en absoluto si podía mantenerla hasta su plazo de vencimiento. El problema, según han publicado algunos medios como 'Bloomberg', es que hace dos semanas la agencia de calificación crediticia Moody's advirtió al banco de que podía rebajar la nota que pone a su deuda debido a dichas pérdidas latentes. Para tratar de evitarlo, el banco decidió deshacerse de una buena parte de su cartera de deuda (21.000 millones), aunque fuera con pérdidas (1.800 millones), para ganar liquidez. Asimismo, anunció que iba a lanzar una ampliación de capital por valor de 2.250 millones con la que reforzar su solvencia y asumir dichas pérdidas.  

¿Por qué falló su plan?

El banco era probablemente consciente de que su plan iba a asustar a los depositantes e inversores, pero también sabría que una bajada de calificación por parte de Moody's iba también a provocar miedo, así que trató de seguir adelante con una estrategia, diseñada con su asesor Goldman Sachs. La agencia, en cualquier caso, le rebajó la nota el miércoles. Algunos de sus clientes, como el fondo Fouders Fund, llevaban días aconsejando a sus participadas que sacaran el dinero del SVB. El pánico que provocó la operación, sin embargo, fue mayor del que había previsto. Los clientes intentaron sacar 42.000 millones de euros el jueves, una de las mayores fugas de depósitos de la historia, lo que dejaba al banco con una posición de liquidez en caja negativa de casi 1.000 millones de dólares. Sus acciones se hundieron más del 60% en bolsa y las autoridades no tuvieron más remedio que intervenir. 

¿Es similar la situación de los bancos en España?

La situación de los bancos españoles es muy distinta a la del SVB. Para empezar, su negocio está más diversificado, con clientes de distinto tipo (familias, autónomos, pymes, grandes corporaciones de distintos sectores...) y negocios variados (crédito, seguros, gestión de inversiones, banca privada para grandes patrimonios, banca corporativa para empresas...). Además, sus carteras de deuda pública apenas suponen aproximadamente el 13% de sus balances de media (frente al 50,6% del SVB) y en su mayor parte están a vencimiento (77% del total). La parte que está a valor de mercado, asimismo, tiene plazos de vencimientos más cortos que la de SVB, con lo que las pérdidas que provoca en el patrimonio de las entidades en momentos como el actual son más automáticas y contenidas. Además, los depósitos garantizados -hasta 100.000 euros por entidad y cliente- ascienden a una media de en torno al 66% en España (frente al 11-7% del banco estadounidense). La normativa europea, asimismo, es más exigente, con lo que los supervisores pueden imponer a los bancos de la zona euro unos requisitos mayores de liquidez. Las entidades, de hecho, tienen liquidez variada y de sobra, con lo que no tendrían que vender deuda para hacer frente a sus obligaciones de reembolso.

¿Por que el miedo de los inversores se contagió a otros bancos?

En Estados Unidos, están garantizados los depósitos hasta 250.000 dólares, lo que significa que si un banco quiebra, el Fondo Federal de Garantía de Depósitos se hace cargo de que los clientes recuperen hasta esa cantidad. En el caso del SVB, el 93% de los depósitos no estaba garantizado, lo que en principio iba a provocar cuantiosas pérdidas a sus clientes, con un fuerte impacto en el ecosistema emprendedor de California. Pero más allá de ello, el mayor temor de los inversores es que otros bancos puedan caer como efecto de las pérdidas de valor de sus carteras de deudas por las subidas de los tipos de interés. De hecho, las autoridades estadounidenses han intervenido durante el fin de semana a otro banco, la neoyorquina Signature (activo de 110.360 millones de dólares y depósitos de 88.590 millones), muy expuesta en este caso al negocio de los criptoactivos, unos días después de que otra parecida, Silvergate, anunciase el miércoles su intención de liquidar su banco. 

¿Qué han hecho las autoridades para evitar el contagio y será suficiente?

También durante el fin de semana, el Gobierno y el banco central estadounidenses han anunciado que aplicaran un tratamiento de excepción a los dos bancos caídos y garantizarán todos los depósitos por debajo de 250.000 dólares (los accionistas y acreedores mayoristas, eso sí, perderán su dinero). A través del programa 'Bank Term Funding Program', los bancos podrán obtener liquidez a un año de la Reserva Federal a cambio de títulos del Tesoro a lo que no se les aplicará un recorte de su valor, como es habitual. Esto último es clave, ya que así no tendrán que apuntarse pérdidas. Con ello han tratado de frenar el contagio, pero está por ver si será suficiente. Los bancos, así, no suelen caer por problemas de solvencia, sino por fugas de liquidez (depósitos), y en ello la confianza es el factor clave. 

Suscríbete para seguir leyendo