La época de la barra libre en el gasto público y la relajación fiscal, instaurada para mantener a flote la economía europea durante la pandemia de covid y que continuó tras la invasión rusa de Ucrania con la suspensión de las reglas fiscales, ha terminado. Los ministros de economía y finanzas de la Eurozona han dado este lunes por finalizada la etapa y han decretado el regreso a políticas fiscales prudentes y la necesidad de evitar medidas que aumenten el déficit de forma permanente. “A la luz de las perspectivas económicas y en un contexto de elevada inflación y condiciones financieras más estrictas, reiteramos que un estímulo fiscal general no está justificado”, señala la declaración acordada por el Eurogrupo.

“Por segunda vez en los últimos meses el Eurogrupo reconoce que, en un momento en que empieza a cambiar el entorno inflacionario, el nivel de apoyo fiscal disponible en nuestras economías tiene que cambiar”, ha explicado al término de la reunión el presidente de la zona euro, Paschal Donohoe. La declaración de los países de la Eurozona es la respuesta a las orientaciones presupuestarias para 2024 publicadas la semana pasada por la Comisión Europea en las que pide a los gobiernos que, teniendo en cuenta la desactivación de la cláusula general de escape a finales de año (y el retorno de los objetivos de déficit y deuda), preparen planes plurianuales de ajuste presupuestario para finales de abril. 

En el caso del déficit, los gobiernos tendrán que garantizar que el desvío presupuestario se sitúe por debajo del 3% del PIB en el período cubierto por el plan, es decir, como muy tarde en 2026. En el caso de la deuda en países con “problemas sustanciales o moderados de deuda pública”, como es el caso de España, los planes tendrán que garantizar una reducción plausible y continua o su mantenimiento “en niveles prudentes” a medio plazo. “Estamos de acuerdo en que, durante 2023-24, unas políticas fiscales prudentes deberían tener como objetivo garantizar la sostenibilidad de la deuda a medio plazo, aumentando al mismo tiempo el crecimiento potencial de forma sostenible y abordando las transiciones ecológica y digital y los objetivos de resiliencia mediante inversiones y reformas”, señala la declaración política.

Procedimientos de déficit

El documento de la Comisión también confirmaba que dada la elevada incertidumbre macroeconómica y presupuestaria, este año no habrá procedimientos de infracción por déficit excesivo aunque podrían regresar a partir de primavera de 2024. Se trata de un elemento que no aparece mencionado en la declaración de los ministros de la Eurozona por las discrepancias de países como Holanda o Alemania. “Esperábamos que la Comisión abriera procedimientos por déficit excesivo ya este año. Es una oportunidad perdida porque esto hubiera sostenido las recomendaciones numéricas y habría ayudado a corregir el déficit excesivo”, estiman fuente diplomáticas. 

“El motivo por el que no mencionamos el procedimiento por déficit excesivo es porque muchos miembros del Eurogrupo están convencidos de que ese tipo de medidas se inmiscuyen demasiado en todos los aspectos relacionados con la gobernanza que compete al Ecofin. Pero hay consenso clarísimo en como llevar a cabo la política fiscal el año que viene”, ha asegurado Donohoe. “El motivo está a la vista. Estamos en un momento de transición. La cláusula general de escape se ha aplicado durante 4 años. Necesitamos un cambio gradual y quiere decir que, si los datos lo demuestran, vamos a iniciar procedimientos por déficit excesivo la próxima primavera pero no este año”, ha defendido el comisario de asunto económicos, Paolo Gentiloni, en rueda de prensa tras la reunión. A juicio de la vicepresidenta primera y ministra de economía, Nadia Calviño, es positivo que este año no se abran procedimientos por déficit excesivo porque “todos estamos muy afectados todavía por el impacto de la guerra”.

La declaración también reafirma el compromiso de los gobiernos de la Eurozona a ir retirando gradualmente las medidas aprobadas para hacer frente al impacto de la crisis energética. “En ausencia de nuevas crisis de precios, seguiremos eliminando gradualmente las medidas de apoyo a la energía, lo que también contribuiría a reducir el déficit público”, dice la declaración que también subraya la intención de seguir protegiendo a los hogares más vulnerables y a las empresas viables aunque preservando al mismo tiempo los incentivos para limitar el consumo de energía y aumentar la eficiencia energética. “La única solución duradera a la crisis energética es seguir reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles”, concluyen.