Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Industria

Stellantis Vigo centra ahora la batalla en el ahorro energético y negocia ya con la eólica

Tavares urge aligerar facturas para adjudicar la plataforma tras los avances con el Perte y la alta tensión | La dirección aspira a tener ayudas por el consumo en el taller de pintura

Aplicación de laca a un vehículo en Stellantis Vigo. Stellantis

Las últimas semanas de 2022 presentaban un escenario complicado para Stellantis Vigo en cuanto a la pelea por una de las nuevas plataformas industriales del grupo, las STLA. Todo cambió en enero. Aunque todavía no se ha publicado la segunda convocatoria para el PERTE VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado), la negociación con el Gobierno dio sus frutos y la perspectiva no es solo que vaya a haber ayudas, sino que las inversiones se podrán ejecutar hasta 2026, imprescindible para la planta olívica, e incluso durante dos años más. Junto a ello, se levantó el bloqueo a la llegada de la alta tensión a Balaídos gracias a la financiación europea. “Ahora hay cierta paz y tranquilidad”, estima el director de la planta, Ignacio Bueno, que reconoce un “gran giro” por parte del Gobierno, ofreciendo la “concreción” que venían demandando. Sin embargo, el patrón de la firma, Carlos Tavares, sigue apretando. Casi superado el escollo de las ayudas y con la calidad del producto asegurado por parte de la factoría, el reto ahora es rebajar los costes. Y la batalla se centra en aligerar la factura energética, para lo que la dirección trabaja en dos direcciones: aspira a acceder al marco de ayudas para la industria gasintensiva por el consumo en el taller de pintura y negocia contratos con el sector eólica.

Las reuniones del grupo de trabajo creado entre la empresa, Gobierno y comunidades autónomas han ido avanzando con el inicio del año y el nombramiento del nuevo secretario general de Industria, Francisco Blanco. La STLA Small, plataforma con la que Balaídos quiere amarrar la próxima generación del Peugeot 2008, está más cerca que nunca y las ayudas se dan casi por seguras de cara a esa segunda convocatoria del Perte en el que se tienen que repartir los 2.182 millones de euros que se quedaron en el cajón (del total de 2.975 millones).

Solventado este escollo, la dirección de la planta viguesa centra sus esfuerzos ahora en reducir costes para ganarle la partida a las otras plantas del grupo con las que compite por la plataforma, como pueden ser la de Trnava en Eslovaquia o la de Kénitra en Marruecos. Conocedores de que la calidad de Balaídos es superior y de que es difícil vencer a estos países en el terreno del coste de la mano de obra, el objetivo está en el gasto energético. “Ahí entendemos que hay margen de mejora”, afirman fuentes de la empresa.

Aunque los primeros pasos ya se han ido dando, como fue el anuncio de la instalación de 27.000 módulos fotovoltaicos para cubrir el 14% de las necesidades de la factoría, Balaídos quiere ir más allá. En este caso, siguiendo el ejemplo de la fábrica del grupo en Figueruelas, Zaragoza. Allí, la firma prevé cubrir el 80% del consumo eléctrico con una fórmula híbrida de energía solar y eólica, ya que además de los paneles (casi 35.000 en su caso) contará con cuatro aerogeneradores. La dirección de Figueruelas, planta situada en un polígono alejado del pueblo y de la ciudad de Zaragoza, prevé instalar los cuatro molinos en su propio terreno, cuya gestión correrá a cargo de Prosolia Energy, que asumirá la inversión y distribuirá la energía a la empresa durante al menos 15 años.

En el caso de Vigo, y aunque las negociaciones están en una fase inicial, la idea es la de llegar a un PPA (siglas para power purchase agreement) con una empresa del sector, un acuerdo por el que la fábrica comprará la energía de un parque de molinos instalado (o por instalar) durante un período de tiempo determinado. Además de la rebaja en la factura, el movimiento supondrá avanzar en la descarbonización de los procesos de producción, en la línea con el objetivo marcado por el propio Tavares, que quiere que Stellantis sea una compañía neutra en carbono en 2038.

Gas

Más inmediata es la otra vía en la que está trabajando Stellantis Vigo para aligerar la factura. Además de Perte, alta tensión o las rebajas de Zona Franca, en la mesa de negociación con Gobierno y comunidades autónomas también figura el plano energético. En concreto, la intención de la firma es la de poder acceder a los 450 millones de euros en ayudas establecidos el pasado 28 de diciembre ante los altos costes del gas a consecuencia de la guerra en Ucrania.

Conscientes de que la fábrica no puede ser considerada como una industria gasintensiva en su conjunto, el planteamiento de la firma es que sí pueden acceder a parte de los fondos ante el abundante consumo de gas que se da en procesos imprescindibles para la fabricación de vehículos como son la preparación del aire en las cabinas de pintura o la generación de calor para los hornos de curado.

El apoyo supondría una rebaja inmediata, como reclama Tavares, y supondría al menos mirar de tú a tú a otras plantas del grupo que gozan de mejores precios. Sin ir más lejos, fabricar un coche en la planta de Kénitra cuesta 50 euros menos que en Vigo en cuanto a gasto energético.

Compartir el artículo

stats