Holaluz se ha situado en el puesto número uno en el ránking de riesgo ESG Sustainalytics que elabora la agencia de Morningstar, líder en investigación y calificaciones de ESG ( 'Environmental, Social and Governance') y gobierno corporativo - en la subcategoría de productores independientes de energía.

El análisis, que valora la gestión del riesgo de la compañía en capital humano, impacto social y gobernanza corporativa y de producto, coloca a la compañía de la que Carlota Pi es consejera delegada en un nivel de riesgo ESG más bajo que en la anterior evaluación en 2020 (-3,33%), al pasar de 12 a 11,6 puntos.

La compañía tecnológica de transición energética que tiene como propósito "crear un planeta 100% sostenible" consigue con ello situarse entre el 4% de empresas con mejor valoración (menor riesgo) dentro del universo de Sustainalytics conformado por 15.000 empresas y entre el 2% dentro de la categoría de 'utilities' de un total de 712 empresas, destaca en un comunicado.

Sustainalytics reconoce, de esta manera, "el liderazgo de Holaluz en la transición energética con una gestión de riesgos ESG que la agencia califica como fuerte y una exposición al riesgo ESG valorada como baja”, subraya la empresa.

El 'ESG Risk Rating' es una de las principales referencias en el mercado de capitales. Evalúa un universo de compañías que representa más del 80% de la capitalización total de los mercados bursátiles. El análisis identifica en primer lugar los riesgos que afectan a la compañía por su naturaleza (sector, actividad, exposición pública, etc. ) y en segundo, los riesgos derivados de su gestión (transparencia, criterios que rigen la gobernanza, políticas de igualdad, etc). Esto supone analizar más de 450 datos para evaluar 70 variables en torno a la ESG que dan como resultado un nivel de riesgo que inversores de todo el mundo toman como variable para invertir o no en una compañía, recuerda Holaluz.

“Reducir el nivel de riesgo y alcanzar la primera posición en el ránking de riego ESG de Sustainalytics en nuestra categoría es la confirmación de que seguimos siendo fieles a nuestro propósito en todos los ámbitos de nuestro negocio. Este hito, junto al nuevo enfoque estratégico de la compañía en el negocio de solar, consolidan el liderazgo de Holaluz en la transformación del sector con un modelo de negocio de impacto que responde al reto global del cambio climático”, afirma Carlota Pi, que también es cofundadora de Holaluz.

La compañía se creó "con la convicción de que las empresas deben ser herramientas para cambiar el mundo y con la visión de crear un planeta 100% renovable", declara en una nota. Tras casi 12 años, Holaluz se ha convertido en "pionera en impulsar un cambio estructural para todo el sistema energético: La Revolución de los Tejados".

Tejados y energía verde

Esta es la apuesta de Holaluz, iniciada hace unos dos años, para hacer que el mundo se mueva gracias a la energía renovable, "convirtiendo cada metro cuadrado de tejado en electricidad 100% verde y barata para todos." Con ello se pretende contribuir a transformar el modelo de generación de electricidad vigente - centralizado y no renovable - en un modelo que combina la generación centralizada con la distribuida y que se apalanca íntegramente en la energía verde.

Además, Holaluz es socio del Pacto Mundial de la ONU como parte de su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y forma parte de la iniciativa 'Business Ambition for 1.5ºC' de las Naciones Unidas con el fin de trabajar en los objetivos 'Net Zero' alineados con el Acuerdo de París según la 'Science Based Target Initiative (SBTI).

Dentro de su estrategia, Holaluz propone un modelo de empresa en el que "las personas puedan desarrollarse de forma integral, proporcionando flexibilidad y autonomía para desarrollar sus responsabilidades. Holaluz es una empresa paritaria a todos los niveles de decisión y en todos los equipos. Solo existen dos equipos, el de solar y tecnología, donde la compañía ha puesto el foco mediante la introducción de cuotas para alcanzar la paridad, explica la compañía.

Gracias a ello la compañía fue la primera eléctrica europea en recibir la certificación B Corp, un sello que engloba a más de 6.000 empresas de 89 países y cuyo objetivo es dar visibilidad a compañías que, más allá de generar ganancias económicas, innovan para maximizar su impacto positivo en los empleados, en las comunidades donde sirven y en el medio ambiente.