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Previsión

El Gobierno proyecta que la acuicultura dispare su producción un 16% hasta 2027

El Ejecutivo publica una estrategia para el sector que apuesta por más jaulas de peces y la cría en tierra para llegar a las 345.000 toneladas y 709 millones de euros, un 25% más

Vista general de la ensenada de San Simón, con la isla y las bateas. MARTA G. BREA

El pasado 29 de noviembre, la Comisión Europea anunció su visto bueno para el programa operativo presentado por España para el gasto de su parte del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca y la Acuicultura, el Fempa. El país dispondrá de un total de 1.570 millones de euros hasta 2027 y tiene claro cómo gastarlos, sobre todo con la idea de intentar mejorar la ejecución de las partidas de los períodos anteriores. En esta ocasión, la acuicultura va a tener un papel todavía más protagonista, de acuerdo también a las directrices estratégicas marcas por la propia Unión Europea. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación proyecta que esta industria aumente significativamente su protagonismo en los próximos años y calcula que para 2027 la facturación debe crecer casi un 25%, superando los 700 millones de euros. Para ello, los esfuerzos se centrarán en incrementar la producción por encima de las 345.000 toneladas de producto, expandiendo algunos de los sectores menos explotados (jaulas para peces en el mar o la cría en tierra) y manteniendo una estabilidad en los más diseminados por comunidades como la gallega (bateas o bancos marisqueros).

El Ministerio publicó en las últimas semanas su 'Contribución de España a las Directrices estratégicas para una acuicultura de la UE más sostenible y competitiva 2021-2030', un documento en el que, para comenzar, analiza la situación actual del sector en el país. En total, se producen 45 especies diferentes a través de los 5.572 establecimientos instalados, que produjeron una media anual entre 2014 y 2020 (período del anterior fondo pesquero europeo) más de 297.000 toneladas de productos por un valor de más de 568 millones de euros. Con todo ello, se generan un total de 12.000 empleos directos. “Más del 90% de las instalaciones en el mar y en la zona marítimo-terrestre se encuentran en Galicia”, recuerda el documento.

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Sin embargo, pese al gran protagonismo actual de la comunidad gallega en la industria, el documento elaborado por Pesca –con datos de las autoridades competentes en acuicultura de las comunidades y de tres organizaciones sectoriales– vaticina que los incrementos se producirían principalmente “en la acuicultura marina del P. Vasco, Canarias, R. Murcia, C. Valenciana, Extremadura, Navarra, Cataluña y Andalucía” y “en acuicultura continental en Cataluña”.

La producción de moluscos gallega se estancará, pero crecerá un 5% en valor

Analizando por especies, la producción de moluscos que protagoniza Galicia (con bateas o bancos de cultivo) se estancará hasta 2027, con una producción media de 228.000 toneladas (-0,05%), “mientras que el valor de primera venta se incrementaría un 4,83%”, hasta los 142,2 millones. “En Galicia se espera un incremento del valor de venta con una estabilización de la producción, debido a la mejora del valor añadido del producto. En Andalucía se prevé una reducción en la producción y en el valor”, recoge el análisis.

En los que respecta a la cría de peces, la producción en el mar (dorada, lubina, corvina o atún) mostrará el mejor comportamiento proyectado, al crecer un 89,92% (99.000 toneladas), mientras que el valor lo hará un 33,97% (504,2 millones). Canarias, C. Valenciana y la R. Murcia contarán con “incrementos muy importantes”. Ya en tierra, la producción y el valor de los peces (rodaballo, lenguado, trucha...) crecerán de forma “moderada” en poco más del 5% en ambos casos, hasta las 17.750 toneladas de media con un valor de 56,9 millones.

Menores cifras, aunque también con subidas destacadas, se ven en los crustáceos y algas. En el primer caso, “se espera un incremento importante de producción del 66,61% y muy destacado del valor 176,85%”, con 343,7 toneladas y 3,05 millones; en el segundo, el alza en la producción de macroalgas y el mayor valor alcanzado por las microalgas darán como resultado un 15,57% más de cantidad (10.966 toneladas) y un el 108,42% más de valor comercial (3,4 millones).

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Mejora en la renta, más organizaciones de productores y una menor huella de carbono

El amplio informe elaborado por Pesca para la acuicultura de esta década es, en general, ambicioso y positivo. Si bien identifica problemas como el “escaso interés para la población joven” por el sector, “la necesidad de grandes inversiones” en las instalaciones o el elevado “impacto económico” que suponen las enfermedades de los animales, también prevé grandes mejoras en los próximos años.

Más allá de las buenas cifras en términos de producción, en el apartado de perspectivas el documento refleja que se espera una “mejora en la renta de la acuicultura”, aunque la evolución de costes intermedios (materias primas o energía) “podrán condicionar estos resultados”. De igual forma, se espera una “tendencia positiva en los empleos a tiempo completo”. En cuanto al número de mujeres que trabajan en acuicultura, se prevé un alza “y una mayor incorporación a todo tipo de puestos de trabajo”.

Por otro lado, y a través del Fempa, proyecta un “fortalecimiento” de las organizaciones de productores (OP) y “un incremento en el número de asociados”, así como en la creación de nuevas OP que se sumen a las existentes.

En materia medioambiental, se espera que la huella de carbono de esta industria siga reduciéndose y se mejore los alimentos empleados con nuevas materias primas. También una “mayor contribución de la acuicultura al buen estado del agua, a la recuperación de ecosistemas y especies y a la conservación de la biodiversidad”.

Además, desde Pesca confían también en que se den diferentes mejoras en el sistema control del sector o la “aplicación de nuevos sistemas de trazabilidad de los productos comercializados” o la “mejora de la gestión sanitaria de las explotaciones”.

Ya en materia de I+D o investigación, se apuesta por aumentar las “sinergias y complementariedades entre las diferentes herramientas de financiación” y “mejoras en la eficiencia de los sistemas de recopilación de datos, el tratamiento de la información y su accesibilidad”.

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