Energía

España propone a Bruselas intervenir nucleares e hidráulicas para desmantelar el mercado eléctrico actual

Plantea sacar a estas dos tecnologías del mercado diario para obligarlas a firmar contratos regulados a largo plazo | El gas sería la única que se rija por el sistema marginalista, lo que evita el contagio y da estabilidad a los precios

Teresa Ribera.

Teresa Ribera.

Sara Ledo

España ha enviado este martes a la Comisión Europea su propuesta para reformar el mercado eléctrico europeo con el objetivo de que los bajos costes de las renovables se noten en el bolsillo de los consumidores, reducir la volatilidad de los precios y, al mismo tiempo, aumentar la seguridad del suministro. El Ministerio para la Transición Ecológica defenderá en Bruselas limitar el mercado diario actual (el denominado 'pool') a las centrales que quemen gas e impulsar contratos a precio fijo para el resto (de forma obligatoria para nucleares e hidráulicas y voluntaria para las renovables), así como la creación de un nuevo mercado en el que se retribuya a las centrales con capacidad de almacenamiento por el simple hecho de estar disponibles.

"Creemos que tenemos suficiente experiencia a nivel europeo sobre qué es lo que funciona y cuál es el modelo", ha dicho la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, consciente del éxito español en materia energética de los últimos meses. No en vano España fue el primer país en pedir a la Comisión Europea en la primavera de 2021 una reforma del mercado eléctrico, que Bruselas negó en varias ocasiones, pero que finalmente accedió a poner en marcha más de un año después y tras una guerra, en septiembre del año pasado.

Energías renovables

En primer lugar, el Gobierno plantea impulsar la contratación a plazo de energía renovable a través de una fórmula similar a las actuales subastas renovables en las que el Ejecutivo se compromete a comprar una cantidad de energía a un precio fijo a unos promotores durante unos 10 o 12 años. Las renovables tienen unos costes mínimos que no se trasladan a los consumidores porque el mercado actual se rige por un sistema marginalista en el que la tecnología más cara es la que marca el precio para el resto. Con el nuevo diseño, se consigue que la amplia mayoría de la nueva energía que entra en el sistema tenga un precio estable.

Nucleares e hidráulicas

En el caso de las nucleares e hidráulicas, las grandes señaladas de la actual crisis de precios, la idea es similar a la de las renovables pero con carácter obligatorio, para lo cual sería necesario modificar la directiva europea de mercado interior, puesto que ahora rige un sistema de libre mercado. Estas tecnologías se benefician de los altos precios del mercado actual --marcados por el gas-- pero sin tener como coste la materia prima. Esa diferencia es lo que se ha denominado 'beneficios caídos del cielo' que las compañías españolas rechazan tener porque afirman que toda su generación está vendida a plazo, aunque casi siempre la contraparte es una comercializadora de su mismo grupo. Para acabar con esa práctica, el Gobierno quiere obligar a estas centrales a firmar contratos con el regulador (Gobierno o CNMC) en vez de con las empresas. Además, la hidráulica, con capacidad para decidir cuándo produce, tendrá un incentivo a la generación en las horas de precios más altos.

El resto: Gas, carbón...

Serán el resto de tecnologías marginales, como el gas o el carbón, las que sigan funcionando en los mercados diarios, sin perjuicio de que se establezcan contratos a plazo privados entre generadores y comercializadoras. Así, en el caso de España, en una situación ideal según la fórmula del Gobierno, el gas (ciclos combinados y cogeneraciones) sería la única tecnología con presencia en el mercado diario actual. Esto hace que solo una pequeña cantidad de energía sea retribuida por un precio volátil que cambie según el mercado, mientras que el resto tendrían precios estables a largo plazo (al menos 10 años).

Mercados de capacidad

Al mismo tiempo que se mantiene un mínimo mercado de corto plazo (con el gas) y se crean nuevos mercados de largo (contratos regulados renovables, nucleares e hidráulica), el Ejecutivo plantea diseñar otro en paralelo en el que se negocie capacidad, en vez de energía. Esto es retribuir a las centrales que tienen la posibilidad de decidir cuándo producen energía y cuándo no, como el bombeo hidroeléctrico, las baterías o los ciclos combinados, por estar disponibles cuando sea necesario. Este tipo de servicios ya existen en la regulación europea actual, pero como una herramienta de último recurso. Lo que plantea el Gobierno español es modificar la directiva de mercado interior para estandarizar y generalizar estos servicios.

¿Qué busca el Gobierno?

El resultado de la propuesta, según el Ejecutivo, serán unos precios más asequibles --el alza del gas o de los derechos de emisión de CO2 no contagiará al resto de tecnologías--, pero sobre todo más estables --solo un 25% de la energía estará marcada por el precio diario--. "Es probable que no tenga efectos inmediatos en una disminución notable de precios, pero sí iría poco a poco reduciendo la volatilidad de forma importante a lo largo del tiempo", ha advertido Ribera. Además, la reforma soluciona un problema de futuro como es la entrada masiva de renovables y su capacidad de respaldo. Mientras no se lleva a cabo la reforma, el Gobierno ha solicitado la prórroga del mecanismo ibérico.

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