El Consejo de Ministros ha abordado en su reunión de este martes el plan de contingencia con el que España pretende reducir el consumo de gas entre el 5,1% y el 13,5%, en función de su éxito, entre los meses de agosto de 2022 y marzo de 2023 respecto a la media de los últimos cinco años. El plan incluye nuevas medidas, como desgravaciones fiscales para sistemas de climatización renovable en los hogares, consejos de ahorro en la factura de luz y gas o la rebaja del recibo para las comunidades de vecinos, pero no explica cómo ni cuándo se pondrán en marcha.

Para hacerse una idea de las magnitudes, las medidas de ahorro y eficiencia aprobadas este verano y dirigidas a los establecimientos públicos, como la limitación de temperaturas de calefacción y refrigeración a 19 ºC y 27 ºC o apagar las luces de estos locales a partir de las 10 de la noche, han conseguido ya reducir el consumo de gas un 3,4%, según ha informado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la rueda de presan posterior al Consejo de Ministros.

El documento (denominado 'Más Seguridad Energética') será enviado "inmediatamente" a Bruselas, según ha avanzado Ribera, para cumplir, así, el compromiso acordado con la Comisión Europea en julio de reducir el consumo de gas (la cifra obligatoria para España en caso de situación de alerta será del 6,4%) en los ocho meses de agosto a marzo. "Son las medidas más eficaces para alcanzar el ahorro preservando el bienestar de los ciudadanos y del tejido productivo", ha afirmado la vicepresidenta tercera, sin dar pistas sobre el momento de entrada en vigor de las principales novedades.

En total son 73 medidas, que se dividen en seis grandes bloques: ahorro y eficiencia, impulso a la transición ecológica, protección de los consumidores vulnerables y la industria, incentivos fiscales para "impulsar la inversión en la transición ecológica y energética", impulso a la autonomía estratégica y solidaridad con el resto de Europa. Y muchas están ya aprobadas como la reducción fiscal de la factura del gas, la ampliación del gasoducto vasco a Francia o la aceleración de la tramitación renovable.

Así, entre las que faltan por poner en marcha destacan los incentivos fiscales para la sustitución de sistemas de climatización renovables en los hogares, como la introducción de la bomba de calor. Sin más concreción sobre esta medida. Algunas se espera que tengan impacto inmediato, una vez se aprueben, como la ampliación de los bonos social eléctrico y térmico (aunque no se aclara cómo se hará) o el cambio en las facturas de la luz y gas de los consumidores domésticos y pymes para incluir una comparativa del consumo medio en su barrio (código postal) y establecer consejos de ahorro (por ejemplo, aprovechar la luz solar para calentarse o, al contrario, evitar la irradiación solar en verano, ayudas de ahorro de electrodomesticos etc), así como unificar la información que dan las eléctricas sobre la aplicación del mecanismo ibérico en las facturas para evitar confusión.

También serán inmediatas, de cara al invierno, aquellas destinadas a las comunidades autónomas y las entidades locales, representadas en la FEMP, con quien el Ejecutivo acordó que antes del 1 de diciembre publiquen sus respectivos planes de ahorro, en la medida de sus posibilidades, como hizo el Ejecutivo en el caso de la Administración General del Estado. Además, se lanzará un nuevo plan de reducción del consumo del alumbrado de las calles, para sustituir las luces actuales por otros mas eficientes (luces LED), y se dará préstamos sin interés que cubrirán el 100% del coste de la renovación de las luz.

En esta línea, el Ejecutivo también pide a las grandes empresas que elaboren sus propios planes de ahorro, basándose en las auditorías energéticas que están obligadas a presentar desde 2016. Para ayudarles en la elaboración de estos planes, el Ejecutivo incluye un anexo con recomendaciones de ahorro dirigidas a la administración, las empresas y los hogares. Entre ellas, aconsejan el cambio de las bombillas por luces LED, el impulso del autoconsumo, usar agua caliente con prudencia, desconectar los electrodomésticos que no estén en uso o aprovecharal máximo la luz natural apagando la luz de las zonas iluminadas de manera natural.

Pero no solo hay medidas de corto impacto, sino también un buen puñado de ellas ponen el foco en el carácter estructural para la transición energética. Es el caso de incentivos fiscales, para estimular la sustitución del uso de combustibles fósiles por energías renovables; una línea del ICO para financiar medidas de eficiencia energética y renovables en las pequeñas y medianas empresas o la extensión a más de 500 metros de la distancia máxima a la que se puede autoconsumir y la ampliación de la dotación de las ayudas para instalar placas solares en 500 millones de euros, que se suma a los 900 millones actuales. También el conocido como 'Perte Hera' tendrá una dotación adicional de 1.000 millones de euros que se sumarán a los 3.500 millones de euros ya consignados y se introducirán modificaciones puntuales en la planificación eléctrica vigente (2021-2026) para dar viabilidad a proyectos estratégicos a corto plazo.

Hay alguna "medida a explorar", como es el caso de la flexibilización temporal de las potencias contratadas, tanto en los contratos de suministro de electricidad como de gas, de los grandes consumidores, para "aliviar" su situación económica. Y se incluye el MidCat (bajo la denominación de 'corredor ibérico de hidrógeno') como uno de los mecanismos de solidaridad con el resto de Estados miembros, una forma de presionar a Europa para hacer realidad este gasoducto.