Un 2022 que aguanta, especialmente gracias al tirón del turismo; y un año siguiente de crecimiento menguante, aunque por encima de la mayoría de las economías de la zona euro. Esas son los ponósticos para España del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el informe otoño de 'Perspectivas Económicas Mundiales' de esta institución, que celebra esta semana su asamblea anual junto con el Banco Mundial en Washington.

Para este año la previsión para España es del 4,3% de crecimiento, tres décimas más que la estimación de julio y cinco décimas menos que la de abril pasado. En el caso de 2023, los recortes son mucho más significativos y apuntan a una brusca desaceleración, con un crecimiento previsto del 1,2%, que supone una rebaja de 8 décimas con respecto a julio y de 2,1 puntos según la prevista en abril pasado. En todo caso, a pesar de la sustancial revisión a la baja se trata del nivel más alto entre los países de la zona del euro, ya que hay casos como el de Alemania o el de Italia, con retrocesos del 0,3% y el 0,2%, respectivamente. El informe del FMI, que prevé un alza media del 3,1% y del 0,5% en 2023 en la zona del euro, esconde una enorme heterogeneidad entre países, y refleja los efectos de la guerra en Ucrania, especialmente en términos de inflación.

El análisis del Fondo menciona la escalada de la inflación por los precios de la electricidad, que se ha disparado incluso en los países que utilizan más las energías renovables, como el el caso de España, Dinamarca, Irlanda o Portugal.

Las previsiones para España están en todo caso muy alejadas de las del Gobierno, que aplicó un tijeretazo de seis décimas la semana pasada en el crecimiento previsto del PIB el año que viene hasta el 2,1% y elevó una décima la de este año, hasta el 4,4%. Estas son las cifras en las que se basa el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el año que viene y que ha provocado que desde algunos ámbitos se cuestionen los cálculos sobre gastos y especialmente sobre la recaudación, que se estima en un crecimiento del 7,7%.

De hecho, el Banco de España ya las recortó al día siguiente de la entrada de las cuentas públicas en el Congreso hasta el 1,4% en el 2023 y las elevó hasta el 4,5% este ejercicio. Otras organizaciones, como BBVA Research han recortado la previsión para el año que viene hasta el 1%. Lo que todos los pronósticos apuntan es una calara desaceleración el año que viene, tras un 2022 que ha aguantado el tirón gracias al empuje del turismo especialmente en el segundo y tercer trimestres.

Según el informe del FMI, España e Italia sobresalen especialmente por los servicios turísticos en verano y la producción industrial en la primera mitad del año. Estas variables han contribuido a acelerar el ritmo de crecimiento de ambas economías y arrojan un buen saldo de crecimiento para el conjunto del ejercicio. En cambio en los dos países, el crecimiento se reduce de forma drástica de cara a 2023, ejercicio en el que Italia registrará incluso un descenso del PIB, al igual que sucederá en Alemania.

En declaraciones en Nueva York, la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha lanzado un mensaje optimista y ha defendido la “fuerte resiliencia” de la economía española que, ha dicho, “sigue registrando un crecimiento fuerte y presenta una serie de elementos de fortaleza para enfrentarse y abordar los retos por delante”.

En la rueda de prensa Pierre-Olivier Gourinchas, director del servicio de estudios del FMI, ha dicho que "España lo ha hecho muy bien en 2022" y una economista de la institución, Petya Koeva Brooks, ha señalado que igual los datos de España habrían sido aún mejores si hubieran podido contar con los resultados del segundo trimestre y ha recordado que contabilizando los fondos europeos, la previsión para el año que viene "probablemente veríamos cifras aún más altas de las que tenemos actualmente."

Las estimaciones sobre la inflación, una de las variables que más influye en la desaceleración, también son elevadas para España. El FMI las sitúa para este año en el 8,8% en 2022 y en el 4,9% el año que viene. Son niveles por encima de las previsiones del Gobierno, que estima un. nivel general de precios medio del 7,1% en 2022 y del 4,1 en el 2023.