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Transportes

El transporte en España, a dos velocidades: el eje Mediterráneo en AVE y el Noroeste al trantrán

El tibio apoyo político a las reivindicaciones de los empresarios amenaza con dejar a Asturias fuera de las principales ayudas a la conexión europea

Un Ave, en una imagen de archivo. EP

España avanza a dos velocidades en materia de transportes. Es como si la mitad oriental del país, principalmente el Corredor Mediterráneo, hubiera tomado el AVE y avanzara a muy alta velocidad. Es la España conectada. Y como si, al otro lado del mapa, la mitad occidental, sobre todo el Noroeste, siguiera marchando al trantrán, a bordo de un tren de Feve, a la misma velocidad que hace un siglo. Es la España descartada. El "lobby" creado hace cinco años para el impulso de la logística en el Noroeste, pese a los avances conseguidos, ya ha perdido a alguno de sus integrantes y con la pandemia entró en una suerte de letargo, del que ahora intentan rescatarlo los empresarios de Asturias y León.

Es verdad que la Unión Europea (UE) incluyó al Noroeste en el Corredor Atlántico (Lisboa-Estrasburgo) y que reconoce como "red básica" la extensión del corredor ferroviario atlántico desde Palencia hasta Pola de Lena. Pero también que deja fuera elementos que el empresariado asturiano considera vitales: la conexión ferroviaria con los puertos de Avilés y El Musel, la Zalia y las autovías y autopistas que cruzan Asturias de Norte a Sur y de Este a Oeste. La pretendida multimodalidad queda de este modo cercenada. Además, quedar fuera del eje prioritario de la Red Transeuropea de Transportes significa no tener accedo a las principales subvenciones europeas para el sector.

La lucha contra el aislamiento del Noroeste en materia de transporte tuvo su punto de inflexión en junio de 2017, cuando trece organizaciones gallegas, asturianas, cántabras y leonesas constituían la denominada "Plataforma para el impulso de la Logística en el Noroeste". Objetivo, fomentar el desarrollo económico y el empleo mediante el impulso de las infraestructuras de transporte y de los servicios logísticos. Para ello solicitó al Gobierno de España y a la Comisión Europea el reconocimiento de la "dimensión marítima del Corredor Atlántico, de manera que junto al impulso de las infraestructuras y de los servicios terrestres (carretera y, sobre todo, el ferrocarril), se potencien los puertos y los accesos a los mismos, las plataformas intermodales y los servicios portuarios que permitan el desarrollo de cadenas intermodales sostenibles y eficientes".

Poco se ha conseguido desde entonces. Es más, la Plataforma ha perdido efectivos: Cantabria abandonó casi de inmediato el barco para echarse en brazos del País Vasco, que, ya dentro del eje troncal del Corredor Atlántico centra ahora sus esfuerzos en impulsar el Corredor Cantábrico-Mediterráneo, entre Santander (antes Bilbao) y Sagunto.

Galicia, por su lado, tiene algunas dudas: existe allí un debate intenso sobre si debe darse prioridad a la conexión con Castilla y León o si deben centrarse los esfuerzos en impulsar el enlace con Portugal. En Castilla y León, finalmente, el centro del poder político está en Valladolid, ciudad por la que avanza el "tronco principal" del Corredor Atlántico. Todo ello amenaza con dejar solos a los empresarios de Asturias y León, que ven cómo las inversiones prometidas por el Gobierno central para la zona mediterránea siguen adelante, mientras que algunas de las anunciadas para el Noroeste están empezando "a quedar relegadas".

El apoyo político es otra pata que cojea en el Noroeste. Todos los gobiernos autonómicos del Mediterráneo –Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía– muestran en cada oportunidad que tienen su respaldo sin ambages a los empresarios y al Corredor que las y las vertebra. Más de lo mismo ocurre con el Corredor Cantábrico-Mediterráneo, que tiene el apoyo explícito y rotundo de los gobiernos de Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón y Comunidad Valenciana. Hace solo unos días se veía en Zaragoza el amparo de los presidentes de Aragón, Javier Lambán, y comunidad Valenciana, Ximo Puig, a los empresarios de esas regiones y a sus reivindicaciones para exigir al Gobierno central el impulso del Corredor Cantábrico-Mediterráneo. Con rúbrica incluida, para que no hubiera dudas.

En el Noroeste, mientras tanto, el respaldo político ha sido, en el mejor de los casos, tibio. Ni el Gobierno de Galicia, ni el de Asturias, ni el de Castilla y León han secundado de manera categórica y manifiesta las reivindicaciones de sus empresarios, más allá de las meras declaraciones de intenciones. Y eso que las quejas del empresariado tienen difícil réplica: no se entiende que el Mecanismo "Conectar Europa" persiga la cohesión territorial y conectar las zonas más favorecidas y que, a la vez, se deje fuera al Noroeste, que se cuenta entre las áreas más aisladas, desfavorecidas, desconectadas y deprimidas de Europa. Los empresarios acusan al Gobierno de España por ello de no velar por los intereses del Noroeste.

A todo lo anterior se añade un agravante: Asturias es el foco más importante de transporte ferroviario de España. Pero el Gobierno la ha dejado fuera de las futuras autopistas ferroviarias, alegando que solo ha incluido a los "ejes prioritarios y con más potencial". Queda fuera, por tanto El Musel, que es el cuarto de España en el ranking de tráfico ferroportuario, solo por detrás de los de Barcelona, Valencia y Bilbao; y el de Avilés, que es el séptimo. Además, Asturias mueve el 10% de las mercancías que llegan por ferrocarril a los puertos españoles. Y el recorrido Avilés-Sagunto mantiene el liderazgo de transporte de mercancías ferroviarias en España: ArcelorMittal movió el año pasado 1.145.638 toneladas, lo que supone en torno al 20% del total nacional. Pero el Gobierno del Principado no ha dicho ni palabra sobre la exclusión de Asturias de las autopistas ferroviarias y marítimas, pese a que la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) le ha pedido que haga valer los intereses regionales ante el Ministerio y Puertos del Estado para "revertir una decisión estratégica que daña gravemente los intereses industriales y económicos de la comunidad autónoma".

Más agravios: el Ministerio de Transportes ha dejado también a El Musel fuera de su reciente convocatoria para repartir 20 millones de euros en ayudas para que el transporte de mercancías por carretera suba los camiones a los buques, como alternativa más sostenible y menos contaminante a la carretera. Los puertos favorecidos son: Barcelona, Valencia, Sagunto, Bilbao, Santander y Vigo. El Musel, que en buena lógica y según los expertos en materia de transportes debería ser el "puerto de Madrid", excluido.

Algunos expertos relacionan la querencia del Gobierno central hacia la zona mediterránea con su mayor peso político. Las siete provincias del Noroeste (La Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra, Asturias, León y Zamora) suman solo 37 diputados en el Congreso (9 menos que en 1979 debido al desplome demográfico) Y sumadas las restantes de Castilla y León serían 61. Mientras tanto, las once provincias mediterráneas (Gerona, Barcelona, Tarragona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Almería, Granada, Málaga y Cádiz) suman 119, que alcanzarían los 151 si se incluyen las del interior de Cataluña y Andalucía. Una diferencia abismal.

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